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Causa, Riesgo y Prevención de Accidentes
* Al silencio repentino de las víctimas y al duelo imperecedero de las familias
Un accidente de tránsito es un conflicto indeseable en la vía pública en el que las partes, sin prever sus circunstancias, se ven involucradas. Es una situación dramática cuando los daños son humanos e irreparables. Este suceso inesperado ¿puede ser previsible y prevenible? El riesgo aumenta por cinco factores principales, relacionados al crecimiento económico, social y demográfico en condiciones de insuficiente planificación urbana, educación y fortalecimiento institucional:
i) incremento de la población: más conductores y peatones,
ii) aumento del parque automotor: más vehículos y motos,
iii) crecimiento desordenado o insuficiente de ciudades, carreteras y vías,
iv) frágil control, regulación y mecanismos de prevención y sanción institucional,
v) poca educación cívica y vial.
Los accidentes tienen al menos siete consecuencias visibles:
i) daño humano: físico y emocional,
ii) afectación familiar por: conflicto, duelo, orfandad y viudez,
iii) afectación material, desvía recursos de la economía pública y privada,
iv) gasto del sistema de salud,
v) disminución de productividad laboral,
vi) desgaste policial, administrativo y penal,
vii) tensión social, estrés colectivo.
La complicación del tránsito vehicular, con las consecuencias mencionadas, es uno de los graves problemas en las ciudades contemporáneas. Otros asuntos que requieren atención pública son: manejo de desechos, contaminación ambiental, hacinamiento, violencia delictiva y conflictos de convivencia social.
Por su naturaleza multicausal y creciente, requiere abordaje integral en ámbitos de salud y educación pública, seguridad ciudadana, sociológico y de ingeniería vial y urbanística.
Para observar el fenómeno analicemos 18 años (1998 – 2016), según datos de la Policía Nacional, lo que permitirá ver la evolución del problema. Durante ese tiempo se registraron 395,440 accidentes, promedio anual 20,812. La tasa media de accidentes por cada 100 mil h., fue 356. Perdieron la vida 10,470 personas, 551 anual, con tasa media de muertes: 9.5 x 100 mil hab., menor que el nivel epidémico (10).
Hay dos variables principales que determinan la cantidad de accidentes: población y parque automotor.
La tasa de accidentes ha aumentado por incremento del parque automotor. En 2005 se registraron 280 colisiones por cada 100 mil h., diez años después (2015), con el parque automotor duplicado, fueron 507 accidentes por cien mil habitantes.
El 2016 cerró con tasa de 523 x 100 mil h. La tasa de muertes por accidentes osciló en los niveles más bajos: 7.5 (2004), y 8.5 x 100 mil hab. (2003, 2005, 2006 y 2010), y en los más altos, entre 10.2 y 10.9, en ocho años: 1999-2001, 2009, 2012, 2014-2016.
Los accidentes con saldos fatales suelen relacionarse a actitud temeraria o irresponsable del conductor o peatón: consumo de licor o droga, exceso de velocidad, conducir cansado o desvelado, y desatender las señales de tránsito, por descuido, falta de pericia, y distracción, principalmente por el celular, la prisa y el estrés personal y en la vía.
Veamos otros países.
En 2009 E.U. registró 34 mil muertes por accidentes: 11 x 100 mil h., observa con preocupación el incremento de víctimas como principal causa de muerte violenta.
Costa Rica, en 2015, registró 795 víctimas, alta tasa: 16 x 100 mil h., incrementó 15% con respecto año anterior; tiene el segundo mayor parque vehicular de Centroamérica (1.3 millones), incrementó en siete veces en treinta años.
Guatemala tiene la mayor cantidad de vehículos (2.7 millones), su población 16.3 millones, registró en 2014 la alta tasa de 22 muertes en accidentes x cada 100 mil h.
Continuará
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