MIERCOLES 10 DE OCTUBRE DEL 2012 / EDICION No.5300 /---  Managua, Nicaragua

Ediciones Octubre

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- OPINIÓN -

Por Diputado Wilfredo Navarro

El legado de Benjamín Zeledón

I de III partes.

Este pasado 4 de octubre se cumplieron 100 años de la muerte del General Benjamín Francisco Zeledón Rodríguez. Fecha en la que se juntan el alfa y omega, el principio y el fin físico en la vida de este Héroe Nacional que nació y murió un 4 de octubre. Por ello, decidí publicar desde mi compromiso por hacer trascender el fundamento ideológico y patriótico de Benjamín Zeledón, este homenaje para quien fuera la semilla nacionalista que germinó en otro Héroe Nacional, el General Augusto C. Sandino; el que con un interés auténticamente nicaragüense trató de forjar para Nicaragua un destino en libertad, democracia, con una clara visión anti imperialista.

Es necesario que la juventud y las generaciones venideras, conozcan la gesta patriótica y el heroísmo de un hombre y un puñado de valientes que lo acompañaban, los que reprodujeron en Nicaragua, el legendario accionar del héroe espartano, Leónidas, que con trescientos soldados dieron un ejemplo de amor y sacrificio por su patria en el desfiladero de las Termopilas, ante la invasión extranjera.

Benjamín Francisco Zeledón Rodríguez nace un 4 de octubre de 1879, en La Concordia, Jinotega y fueron sus padres Marcelo Zeledón Ugarte y doña María Salomé Rodríguez. Muy joven a los dieciséis años, se trasladó a Honduras, estudió y sacó su Bachillerato en Ciencias y Letras en 1899 y al año siguiente regresa a Nicaragua. Se gradúa en 1903 de Doctor en Derecho. Fue oficial mayor de la Corte Suprema de Justicia, Juez de Distrito Civil de Managua, Juez de Distrito de Rivas y Juez de Distrito de Minas en el Departamento de Zelaya. Fue Sindico Municipal de Managua y representante por Nicaragua en la Corte Internacional Centroamericana, con sede en Cartago.

Inicia sus primeros pasos en la guerra cuando se da "la Revolución del Lago" contra el General José Santos Zelaya, promovida por Emiliano Chamorro. Es nombrado General de Ejército en la guerra contra Honduras y El Salvador por su destacada actuación durante la batalla de Namasigüe en 1907, donde el Ejército Nacional de Nicaragua derrota a los Ejércitos conjuntos de ambos países. Después fue Ministro Plenipotenciario y Extraordinario en Guatemala y en la administración del Dr. José Madriz después de la caída de Zelaya, ocupa el lugar de Ministro de Guerra y una vez que deja la Presidencia Madriz en 1911, abandona el país y se va al exilio a México, regresando para combatir la intervención yanqui, cuando estalla la "Guerra de Mena" en 1912.

Benjamín Zeledón, y no es porque haya sido un General Liberal, sino por su gesta patriótica anti intervencionista, por su valor y arrojo, ha trascendido los colores políticos partidarios y ahora es un símbolo de la lucha nacionalista y antiimperialista de nuestro país. Su gesta se engrandece a raíz de la segunda intervención norteamericana en Nicaragua en 1912. Él retorna del destierro el 29 de Julio de 1912 y se adhiere, como ya expresé antes, a la sublevación militar del General Conservador Luis Mena contra el Gobierno de Adolfo Díaz, del que era Ministro de Guerra. Benjamín Zeledón se transforma en el Comandante en Jefe del Ejército revolucionario de esa época (liberales y conservadores) que fue llamado Ejército Aliado, teniendo como divisa dos cintas: una roja y la otra verde, de igual anchura y longitud, unidas por los extremos, significando según Zeledón "la unión de los nicaragüenses de buena fe ante el peligro común". Tras algunos éxitos iniciales como la batalla de Tipitapa, el ejército aliado a su mando sale de Tipitapa el 10 de Agosto y se dirige a Managua. El ataque a Managua inicia el 12 de Agosto. Una columna del "Ejército Aliado", baja de las Sierras de Managua, jefeada por los Generales, Dionisio Thomas y Andrés Murillo que atacan la zona de la Penitenciaría. Por su parte, el General Zeledón comanda el ataque en los alrededores de la Loma de Chico Pelón. En este sector se peleó con intensidad y bravura. A tal grado que el cañón Herald de las tropas aliadas, impactó con sus obuses el edificio llamado la Número Uno, en casa Presidencial. Otros fuertes combates se dieron en los barrios: El Infierno, Los Manguitos, El Rastro. La línea de combate se extendió desde la orilla del lago, hasta la Loma de Tiscapa en el sector oriental. De la Loma de Tiscapa hasta El Rastro, pasando por la penitenciaría en el sector occidental. Los combates continuaron el 13 y 14 de Agosto. Por la noche del 14, el General Zeledón tiene que replegarse y fortalecerse en Masaya, ante una lucha desigual porque se juntan las tropas del Ejército de Adolfo Díaz y más de 3,000 marines norteamericanos que tratan de acallar la lucha libertaria de Zeledón. Es a principios de Agosto de 1912 que desembarcan en Corinto la marinería interventora yanqui, a solicitud de Adolfo Díaz. Llegan al mando del Comandante Butler y el Contra-Almirante W. H. Southerland, 412 marinos, 2600 soldados y 125 oficiales, en ocho buques de guerra. El 23 de septiembre el General Luis Mena, máximo líder de los sublevados, se rinde al alto mando de los marines en Granada y es enviado prisionero a Panamá. El General Zeledón se niega a abandonar las armas, continúa la lucha, dándose la batalla desigual de Masaya, donde se enfrentan por primea vez la marinería yanqui con patriotas nicaragüenses, haciendo Zeledón fuerte resistencia a los invasores, en La Barranca y El Coyotepe, donde con no más de 500 hombres combatió al ejército norteamericano y a las tropas conservadoras.

Benjamín Zeledón se destacó por su nacionalismo, heroísmo y por sobre todo por su lucha anti intervencionista. Le ofrecieron la rendición y no la aceptó, murió disparando hasta el último cartucho, a la edad de treinta y tres años, una edad simbólica, el día de su nacimiento. Pedro Rafael Gutiérrez (periodista e historiador) dijo: "El General Zeledón no es un mártir de última hora, sino un héroe de tiempo completo". Y es que Zeledón siempre mantuvo durante su vida, una postura bien definida en cuanto a su visión de patriota, en defensa de la soberanía y nacionalidad. Tuvo una vida bien corta: 33 años, pero cumplió con la dimensión que se le asigna a los héroes, que mueren jóvenes. Zeledón es el hombre que tomó en su corazón la bandera de Nicaragua, la puso en alto y no se rindió, sino hasta su muerte. Sucumbió a una edad en que muchos nicaragüenses, aún no han comenzado a amar a Nicaragua, porque no han sentido el calor del patriotismo, ni conocido los principios de justicia, libertad y democracia.

Continuará...

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