Reflexiones para una campaña electoral

Nuevamente en Nicaragua nos encontramos ad-puertas de una campaña electoral, con todo su contenido de altibajos, anhelos, emociones, esperanzas, triunfos y derrotas. Los que ya hemos sido parte de muchas campañas electorales, sabemos lo que significan y lo que nuevamente se nos viene encima, por lo que, haciendo un análisis de lo que se ha hecho, de los momentos vividos, en las diferentes elecciones, los consejos recibidos, las envidias, los sinsabores sufridos, los desengaños, las malas intenciones, las tensiones, las alegrías, las traiciones, las frustraciones y los apoyos. He querido escribir algunas reflexiones a la luz de mis experiencias de campañas, que pienso pueden servir para los que asumen, con mucho entusiasmo optimista, algunas veces inocencia y a veces sin meditarlo, su camino en el "campo minado", de las candidaturas. La campaña es un torbellino que arrastra y envuelve al candidato y si no se tienen las fortalezas adecuadas, puede que se frustre y no asuma su rol con la voluntad y el sacrificio que se requiere en campaña. He aquí mis reflexiones y recomendaciones que ojalá sirvan para algo:

Reflexiones Generales:

La campaña es el mensaje. Hay que tener cuidado con lo que hacemos y decimos para no enviar mensajes errados a los votantes.

La campaña no se gana el día de las elecciones, se gana día a día y con organización y presencia en todos lados sin exclusiones.

Una campaña sin dinero está condenada al fracaso. No podes competir si no tenés los recursos adecuados.
Puede tener una campaña mucho dinero, pero si no es entregado en el momento apropiado es igual a no tenerlo y no sirve de nada.

Se debe tener cuidado con los calificativos, planteamientos (o la forma de expresarlos) que se hacen en relación a los otros candidatos. A veces lo que se dice o se hace se revierte en contra de uno.

Nunca debemos atenernos a que los consultores nos darán la solución a nuestros problemas. A veces es hasta necesario no hacer caso de todo lo que nos aconsejan.

Muchas veces los asesores extranjeros no están conscientes de las situaciones de nuestros países, por eso en algunos momentos sus estrategias no son adecuadas para nuestras realidades. Hay que tener olfato político para decidir y no embarcarse en una estrategia inapropiada.

Una vez que se define y se acepta una estrategia electoral hay que seguirla al pie de la letra: No se puede cambiar a mitad del camino. Aún cuando debe existir un monitoreo constante de los escenarios electorales, para retroalimentar la campaña y sus planes. La campaña es un sistema integrado que se va construyendo en el avance del tiempo.
Los rumores hay que refutarlos inmediatamente. Un rumor que no se enfrenta puede extenderse y causar mucho perjuicio. Se debe actuar con energía.

Los líderes locales deben delegar no concentrar todos los cargos y funciones. Nadie debe tener dos cargos en la campaña.

El Candidato:

El candidato debe estar disponible 25 horas al días y se debe totalmente a la campaña.

El candidato es siempre lo más importante. Eso nadie debe olvidarlo.

El candidato debe estar en permanente contacto con los votantes, simpatizantes y los medios de comunicación. Aislarlos como a veces recomiendan, es fatal en campaña.

El candidato no debe parecer que se equivoca, ni debe quedar mal con nadie, otros deberán ser los responsables. Deben establecerse circuitos que protejan al candidato.

El candidato es el centro de la campaña, pero basa su éxito en la organización de su partido y la imagen que se venda de él en todo momento.

Siempre es mejor callar cuando el candidato no tenga nada que decir, no conozca el tema o tenga dudas sobre cualquier planteamiento por cualquier forma.

Los candidatos deben estar todo el tiempo en el rol para el que los escogieron: ser candidatos. Las decisiones de logística, propaganda, entrega y elaboración de propaganda, etc., no debe ser función del candidato.

Nadie sustituye al candidato. El candidato debe estar en toda la acción de la campaña.

Toda participación en debates o comparecencias debe ser trabajada con cuidado. Se debe preparar cual es el mensaje que se quiere enviar, fijar un marco referencial, para no salirse de lo que nos interesa comunicar. No tratar de transmitir muchos mensajes e ideas a la vez pueden confundir a nuestros interlocutores y al votante.

Lo más grave para un candidato es que se construyan "argollas" en torno a él, que lo aíslan y separan del contacto directo con la gente. Estas "argollas" terminan decidiendo por el candidato, creando anticuerpos y generando anti sistemas.

La esposa del candidato debe estar clara de su rol acompañando al candidato. Nunca debe asumir controles administrativos, financieros ni de otro tipo en la campaña, pues provocan un rompimiento de la cadena de mando y al final todos los errores o fallas se las terminan achacando a ella, lo que es perjudicial para el candidato.

La familia es elemento fundamental, debe tener un lugar importante en la campaña para proyectar la imagen del candidato, pero no deben inmiscuirse en el trabajo operativo y administrativo de la campaña.

El compañero de fórmula del candidato debe estar claro de su rol de "llanta de repuesto". No debe competir con él, debe estar discretamente un paso atrás. No debe olvidar que la estrella es el candidato. Lo contrario crea fricciones y roces sin necesidad.

Las fórmulas deben complementarse y dividirse el trabajo, caminando lo más posible separados, para tener mayor cobertura en los territorios y evitar competir entre ellos. Salvo presentaciones especiales.

Aunque la campaña es del Partido, la fórmula debe tener gente de su total confianza en lugares determinantes, sin que eso implique roces o contradicciones, deben armonizar sus actuaciones.

El candidato debe estar preparado a cada momento, debe tener conocimiento de lo que sucede a su alrededor para poder ejercer el control de los temas que interesan a los votantes.