¡¡ El día que lloró San Marcos !!

"Perdí mi casa, la construimos con mi esposo hace dos años. No sabemos qué vamos hacer, tenemos miedo que haya otro temblor fuerte", se queja entre lágrimas Olivia González. "Por el momento estamos alojados en la casa de una vecina, por eso tenemos que salir adelante para no molestar a nadie", afirma Antonieta Reyes, tratando de superar la tragedia del sismo ocurrido. "Esta casa de campaña nos sirve de techo para abrigarnos del frío intenso y del dolor causado por el terremoto," dice Laura Cox, afanada en servir a sus 4 hijos galletas e incaparina… son imágenes del dolor y el esfuerzo chapín.

Los alentamos a sacar el miedo de su cuerpo, y lo lanzaran al vacío. "No teman porque no habrá más temblores – además – que dieran una mano de pintura a San Marcos". Pero que sea una pintura color esperanza. Que presenten al futuro un San Marcos con viento y frío pero con color verde. "Aunque no tengan murallas ni paraguas, no teman más", dijimos. Aunque 44 compartieron la muerte, sabiendo que su destino era el cielo, pero nadie quería morir.

Aunque nos azotaba el viento y el frío, sentimos contento que adultos y niños vencerían el miedo al tratarles su salud emocional antes de que transcurra el primer mes de la tragedia. Los adultos sabrán sobrellevar el proceso de duelo: negación, cólera, aceptación y despedida. A los niños les permitirá crecer libres de traumas. "Más que terapia, el apoyo sicológico será un guía para que retomen su camino, porque los niños son el futuro", expresó la ministra de educación Cyntia del Águila.

"Las cosas vienen dadas". Por eso se dice que a veces está la mano de Dios o la mano del hombre. En el sismo de 7.2 grados en San Marcos y otros 8 departamentos declarados de calamidad pública hay claros-oscuros que dejó: 44 fallecidos, 189 heridos, un millón 290 mil afectados, 25 mil damnificados, 325 centros educativos dañados y 9 hospitales necesitan reparación, cientos de casas de taquezal derrumbadas, edificios públicos deteriorados, y 15,300 albergados. Algunos embajadores fuimos invitados por el gobierno a San Marcos, y pensamos que allí estaba la mano del hombre.

Decimos que está la mano del hombre porque pone en evidencia la precariedad de su infraestructura y la vulnerabilidad en que viven miles de guatemaltecos. Hay que establecer normas estrictas respecto de la calidad de la obra para que no vuelvan a construirse casas o edificios endebles ni puentes de cartón que se caigan con el primer temblor o la primera llovizna. Todo indica que no aprendemos las lecciones que nos deja el enojo de la naturaleza. "Se requiere que los inmuebles sean resistentes a movimientos sísmicos", afirma el arquitecto Marco Antonio Guzmán.