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Oposición a la deriva y sin buscar
un único candidato presidencial

Por Denis García Salinas

La oposición nicaragüense, hablando diversos idiomas como los que construían la Torre de Babel, va cuesta abajo en su intento infructuoso de unificar a todas las fuerzas antisandinistas. El tiempo transcurre con una rapidez asombrosa y estos partidos tienen cada quien su candidato presidencial y sus estrategias de lucha contra el partido en el poder.

El PLC, de Arnoldo Alemán, marcha su propio camino hacia las elecciones presidenciales del 2016. El también tiene su propio candidato presidencial, un conservador Noel Vidaurre. El presidente honorario del PLC cree que Vidaurre podría repetir el insólito caso del triunfo electoral en 1990 de doña Violeta Chamorro y agrupada por la coalición de la UNO, sobre Daniel Ortega. "Vidaurre es una persona capaz, que sabe expresarse", dijo el otrora ex poderoso presidente de Nicaragua. Alemán reconoce que "ya pasó su tiempo" y por eso ha buscado a su amigo Vidaurre, un abogado que ya perdió las elecciones frente a Ortega. El "dedazo" de Alemán ha causado molestia entre los liberales del PLC.

Mientras tanto, Eduardo Montealegre, líder del PLI, soporta supuestas presiones de Edmundo Jarquín y dirigentes del MRS para asumir el control del Partido Liberal Independiente y apartar al ex banquero y designar su propio candidato presidencial y la lista de candidatos a diputados en las elecciones del 2016. El MRS, que agrupa a disidentes sandinistas, está al margen de ese movimiento liberal que quiere formar coalición con el PLI. Montealegre fue vencido por Ortega en el 2006.


El MRS es el peor enemigo de Daniel Ortega. La disidente sandinista Dora María Téllez dijo a los periodistas que el desafío principal de la oposición es buscar una candidatura atractiva y elegida en una coalición de los principales partidos para enfrentar al partido de Gobierno. Téllez, que cobró celebridad con el asalto al Palacio Nacional en 1978 por un grupo de guerrilleros sandinistas, cree que hay posibilidad de vencer a Ortega, pues éste mantiene su 38% de votantes (desde 2006) e incluso va más allá "ese porcentaje se ha erosionado".

La ex comandante sandinista Mónica Baltodano es más radical y se distancia de sus camaradas disidentes como Téllez o Víctor Hugo Tinoco, diciendo que no hay condiciones para participar en los comicios del 2016. Exhortó a sus compañeros a "dejar solo a ellos y sus secuaces" en alusión de Ortega en sus próximas elecciones presidenciales. Baltodano asegura que Ortega domina el Consejo Supremo Electoral, controla el Ejército y la Policía y, por tal razón, no vale la pena competir en esas condiciones en unos comicios.

Otros sandinistas que trabajan en los organismos civiles como la Coordinadora Civil, que dirige Luisa Molina, han afilado sus ataques contra el Gobierno de Ortega porque, a su juicio, "se ha retrocedido en la institucionalidad del país y en el profesionalismo de las fuerzas armadas y policiales". Molina cree que si Ortega se postula a la presidencia de la República por tercera vez o alguno de sus familiares o allegados, "eso sería desastroso" para Nicaragua.

Entretanto, el diputado del PLI, Eliseo Núñez Morales, tiene otra visión de la lucha opositora contra el Gobierno. El sostiene que la percepción de la población sobre los partidos políticos es que solo buscan un curul en la Asamblea Nacional y no el poder. El hizo ver que la oposición solo puede ir a unos comicios si existen las condiciones siguientes: Observación nacional e internacional del proceso electoral y publicar con transparencia los resultados de todas las actas. Además, cedular a la población para que pueda votar en esas elecciones.

El Movimiento Ramiro Sacasa Gerrero, que lidera el ex diputado Carlos Noguera, y la Cruzada del PLC, que encabeza Adán Bermúdez y la Fundación Violeta Chamorro y Hagamos Democracia, están dispuestos a unirse al PLI para competir contra Daniel Ortega, acusado de cambiar la Constitución Política y conceder gran parte del territorio al inversionista chino Wang Jing con la construcción del Gran Canal Interoceánico.

En esta puja aparece también el pastor evangélico Saturnino Cerrato, de 64 años, que también tiene aspiraciones presidenciales. Cerrato, que preside la Asamblea de Dios, que aglutina a medio millón de evangélicos, es tildado de ser un "infiltrado" del FSLN, partido en el poder. Cerrato quiere seguir el camino de los pastores evangélicos Omar Duarte y Guillermo Osorno.

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