Cerebro de Rubén Darío fue enterrado?

Saludos. Estimada María Elsa, comparto lo siguiente:

Sobre lo relativo al cerebro de Darío, ha habido mucha polémica y comentarios imprecisos. Se ha dicho que Darío fue enterrado sin su cerebro. Sin embargo, el escultor que realizó diversas obras en la Catedral de León, particularmente la tumba y el León doliente sobre la tumba de Rubén Darío, Jorge Bernabé Navas Cordonero, al ser entrevistado por su hermano Juan María Navas Barraza en 1967, antes de su muerte en 1968, recogió lo siguiente:

"Por orden de Monseñor Pereira procedí a abrir la sepultura de Rubén a los pies de la estatua de San Pablo, unos días antes de su muerte, para que estuviera lista. Poco después de muerto el poeta, muy noche, me llamó Monseñor y entregándome una cajita, me dijo: Vaya usted solo, sin ningún testigo y entierre esta caja en el ángulo nor-oriental de la sepultura de Darío; no deje ninguna huella. Este es el cerebro de Rubén, e igual que su cuerpo, debe tener cristiano reposo. No lo diga a nadie, guarde muy bien este secreto.

Procedí conforme se me ordenó y en el rincón indicado, ente-rré el cerebro, borrando a continuación toda posible huella, ante la mirada inquisidora de Monseñor, que presenció mi trabajo.

Después supe que había habido un pleito por el cerebro entre Andrés Murillo y el Dr. Luis H. Debayle y que éste, accediendo a los ruegos de Monseñor para que el cerebro tuviera cristiana sepultura, como Dios manda, y no fuera profanado como suce-dería sí pasaba a manos de Murillo, con la anuencia del Director de Policía, depositario temporal de esa reliquia, con el mayor sigilo cambió el cerebro de Darío por otro que llevó del Hospital y entregó el legítimo cerebro de Darío a Monseñor Pereira, de quien recibí la orden de enterrarlo en la sepultura que iba a recibir su cuerpo. Este secreto lo he guardado toda mi vida; he esquivado contestar preguntas que me han hecho, pero supongo que en la actualidad no haré ningún daño diciendo la verdad, ya no tiene importancia".

Sobre lo anterior entrevisté en su casa de habitación en el Bo. Primero de Mayo a principios del 2011 a su hijo Juan José Navas Ramírez (Granada, 1935), quien afirma que "su padre le contó la misma anécdota, pero le pareció entender que cuando enterraron el cerebro en el lugar indicado, ya el cuerpo del Poeta yacía enterrado en el lugar, es decir, el cerebro fue depositado allí, varios días después".

atentamente,

Francisco Javier Bautista Lara