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Trump y su muro
Nunca había visto y escuchado una reacción tan virulenta contra un candidato y ahora Presidente de EE.UU. Desde misógino hasta fascista pasando por racista y populista a ultranza le han llamado aquí, allá y acullá. Desde antes que ganara las elecciones presidenciales el millonario Donald Trump había prometido construir un muro en la frontera con México su vecino, que ha causado el repudio mundial. México, como diría el dictador Porfirio Díaz, "tan cerca de Estados Unidos, pero tan lejos de Dios". Frase que hoy por hoy se vuelve una cruda realidad. En efecto, el 25 de enero de 2017, el presidente Donald Trump firmó el decreto donde se ordena la construcción del muro fronterizo. Y no solo eso, Trump asegura que ese muro lo pagará México y, para ello, gravará con un impuesto del 20 % todas las importaciones provenientes de ese país.
Corrupción en las fronteras
Sinceramente, yo no creo que Trump sea un hombre impredecible, como dijo un intelectual mexicano en un canal de televisión de su país. Ellos creen que, tarde o temprano, tendrá que cambiar su política que defiende sin importarle los resultados. Cuán equivocado. A él no le importa ir contra la corriente de la historia ni le preocupan las consecuencias. Está decidido a todo. Trump, un hombre muy seguro de sí, está inaugurando una nueva era con muchas sorpresas e interrogantes. Pero Trump ignora, en realidad, el problema que se vive en las fronteras de México con Estados Unidos. Desde hace muchos años allí se han coludido estadounidenses y mexicanos para ofrecer Green Card a muchos inmigrantes ilegales que quieren cruzar a ese país del sueño americano. También hay "coyotes" que ayudan a cruzar a los indocumentados a ese país en medio de peligros. Con el tiempo, las mafias se han aprovechado de esa situación para asaltar y matar inmigrantes. En un libro publicado hace muchos años, el periodista mexicano Manuel Mejido cuenta que viajó a Tijuana, enviado a la sazón por el periódico Excelsior, para investigar la corrupción que se producía en esa ciudad fronteriza. Él se hizo pasar junto a su esposa como indocumentados mexicanos. El periodista se acercó a esos grupos que vendían la tarjeta verde para pasar a EE.UU. Cuando su crónica apareció en el diario fueron removidos de sus puestos los jefes de migración del suroeste de Estados Unidos, que abarca de Lousiana hasta Guam. Mejido concluyó su artículo: "Los mexicanos no son los únicos malos".
No es nada nuevo que un presidente de Estados Unidos deporte a indocumentados. En la década del 30, durante la recesión económica, el presidente Hebert Hoover deportó a dos millones de mexicanos, el 60% eran residentes legales. "La expulsión fue inconstitucional, no puedes deportar a un ciudadano estadounidense", subrayó Francisco Balderrama, profesor de estudios chicanos e historia en la California State University de Los Ángeles y coautor del libro Decade of Betrayal: Repatriation in the 1930's ("Década de traición: repatriación en los 30").
En estos días, Trump firmó una orden ejecutiva que prohíbe la entrada a EE.UU a personas procedentes de "países especialmente preocupantes". La Casa Blanca ha dicho extraoficialmente que son Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen. El sistema ha frenado la acción de Trump. En su resolución, la jueza señala que la expulsión "viola sus derechos", supone un "peligro inminente" de un "daño irreparable" para los refugiados y poseedores de visados y "viola la constitución".
El Muro de Clinton
Vale aclarar que la construcción de un muro no es una idea original de Trump. El entonces presidente Bill Clinton ordenó en 1994 la construcción de un muro, bajo el programa de lucha contra la inmigración ilegal. Esto fue conocido como "Operación Guardián" manejado por el entonces fiscal general Janet Reno. Alrededor de diez mil inmigrantes han muerto cuando intentaban cruzar por el de-sierto de Arizona, evitando ese muro. En el 2005 se aprobó una propuesta para construir un muro fronterizo de alrededor de 1,123 kilómetros, casi comparable con la Gran Muralla China. La tarea de Trump es continuar esa obra a fin de evitar, en teoría, la entrada de mexicanos. A las mafias de las drogas, sin embargo, no los detendrá ese muro, pues ellos tienen avionetas, lanchas y obreros para construir larguísimos túneles.
Almagro intercede
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, afirmó que no se trata de un muro entre México y Estados Unidos, sino de una barrera entre este país y América Latina. Ese muro tendría un costo de 15,000 millones de dólares. El millonario mexicano Carlos Slim ha dicho que "la mejor barda son inversiones, actividad económica y oportunidades de empleo en México. Nuestra fuerza laboral es sobresaliente, por mucho superior a la de nuestros vecinos". Trump "no puede cerrar fábricas y llevárselas de un día para otro" y que le encarecería a 325 millones de consumidores. "Hay que darle argumentos a su equipo. Desmantelar todo no es viable. Hay que tener paciencia, inteligencia y firmeza".
China contra Trump
El presidente francés, François Hollande afirmó que Europa "debe responder" a esas posiciones más radicales de Trump. Hollande propuso "dialogar con firmeza" y rechazar medidas proteccionistas que podrían desestabilizar las economías no sólo europeas sino de las principales economías del mundo, cuando rechaza la llegada de refugiados "(...) debemos responderle". Europa no es proteccionista, no es cerrada, ni carece de valores ni principios, en respuesta al proteccionista Trump. Por su parte, el presidente chino Xi Jinping defendió en Davos la globalización económica, el libre comercio y la lucha contra el cambio climático, que se opone al proteccionismo proclamado por Trump. Sin embargo, a decir verdad esa potencia económica es proteccionista y en su sociedad aplica muchas restricciones a las empresas privadas. China no tiene autoridad para criticar a Trump, el hombre proteccionista y del muro.
Por Denis García Salinas
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