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A MI PADRE EN UN AÑO MÁS DE AQUEL TRISTE ADIÓS
Querido y recordado papá
Llegamos ya a los 22 años, de aquel triste día en que no hubo más remedio que admitir que el Señor, lo llamó a su presencia, después de sufrir terribles dolores por el fuego que lo consumía por dentro, "es como un fuego que me quema por dentro", atinó a decirme cuando tenía pocas horas de regresar de Chile, en donde me encontraba hasta el llamado de mi hermana Marjorie, que me informó de lo delicado que estaba, mientras Jaime Yarrince, regresaba de Honduras, en donde estudiaba en El Zamorano.
Consciente hasta el último momento, me dijo "hija de esta ya no salgo" y yo respondí que lo veía mejor y ripostó de inmediato, "de esta no salgo, te dije". Fueron de las últimas horas más tristes que recuerdo en mi vida. Se marchaba "entero", con 56 años y en agosto cumpliría sus 57. Un 24 de enero para no olvidar jamás como tampoco el 25, cuando debimos llevarlo a su última morada, en un mar de gente que lo quiso con sus virtudes y defectos. Muchos y muchas de esas personas amigas o familiares, ya le alcanzaron en su viaje final y quienes le conocieron, desde ayer, han expresado sus recuerdos.
A 22 años, todavía escuchamos o leemos con orgullo, expresiones de su valía como profesional del Periodismo, de su incondicional solidaridad como amigo; lástima que hoy no puede disfrutar de su descendencia, usted que era "muchachero", nueve bisnietos y una en camino, con una familia que se multiplica como lo fueron entonces aquella gran familia Suárez Sobalvarro y que hoy solo sobreviven tío Eduardo y tía Chaguita, a quienes procuramos ver siempre y mantenernos cercanos a los primos y primas que también se multiplican. Las sobrinas y los sobrinos, profesionales, haciendo sus propias vidas y familias. Disfrutaría de cada boda, graduación o nacimiento.
Su Bolsa, su creación mimada surgida en 1974, sobrevive y se multiplica en medio de los avatares de la cotidianidad, con la dirección de María Elsa y el apoyo de todos y todas, incluso Paúl a la distancia en los últimos cinco años e incluida mamá, que tiene como costumbre, tocarnos el pulso cada medio día y muy a pesar de los problemas y crisis de salud que cada uno y una ha logrado enfrentar y con la misericordia de Dios salimos adelante. Hoy, el desafío es cuidar de mejor manera la salud, pues como dice una amiga "ya no somos debutantes" y los chavalos y chavalas que dejó, ahora pasamos las cuatro y cinco décadas y rumbo a ser pronto parte de la "tercera edad".
En agosto próximo usted cumpliría sus 80 años, mientras Rubén cumplió 150, le recordé celebrando en León, al bardo. El Rubén poeta y periodista que le inspiró en muchas oportunidades y que fue visionario como usted lo fue con su Bolsa de Noticias y otras publicaciones que alternó con sus años de bohemio, publicista, empresario, que por encima de todo, insistía en la dignidad y coraje que debía tener todo periodista.
Este año, en ocasión de sus ocho décadas, haremos pública su tesis sobre "La historia de la Publicidad en Nicaragua" y esperamos poder contribuir con ello a difundir su legado entre las nuevas generaciones de periodistas, comunicadores y publicistas, desde el mismo lugar en donde defendió su trabajo para optar al título de Licenciado en Periodismo. Esto y otras ideas a las que daremos forma para seguir honrando su memoria, como ya lo hacemos en cada edición de Bolsa de Noticias y como procuramos con el Canal 23, que dirige Plinio Arnulfo con Marjorie , proyecto que usted no conoció- y que es escenario para nuestro ejercicio profesional con Bolsa de Mujeres que ya cumplió 16 años y hasta donde también se ha extendido María Elsa y todos con el apoyo de Emigdio y Jaime Yarrince, sus menores hijos.
Días de nostalgia nos embargan papá, cuando pienso que usted pudo quedarse más tiempo en la tierra. Dios decidió lo contrario y no queda más que aceptar su voluntad con la certeza de que con cada oración nuestra como las que elevaremos hoy en la Iglesia Fátima o ante su última morada, se allana el camino para su descanso eterno.
Con amor eterno papá, y seguramente con el de su nieto mayor Sandro Daniel, de mamá, de sus hijas e hijos, de las nietas y nietos, toda la familia, que recoge su legado profesional, de padre y abuelo, le digo hasta siempre y vele por su prole numerosa que siempre lo recordamos.
Su hija mayor,
Xanthis
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