De la Muralla China a los
muros de la infamia
Por Denis García Salinas/Desde Mi Ventana
Cuando los chinos colocaron la primera piedra de ladrillo nunca pensaron en crear "una de las maravillas del mundo". Los asiáticos más bien construyeron la "larga fortaleza", conocida como "La Gran Muralla China" para preservar a su gente de los ataques feroces de los guerreros de la actual Mongolia. Doscientos años antes de Cristo, la Dinastía Qin ordenó la construcción de esa muralla de 7,300 kilómetros de longitud. Durante 2,100 años los chinos, una raza milenaria, se defendieron de las embestidas de los nómadas del norte. Esa muralla es hoy una reliquia antiquísima y una joya turística que atrae a miles de extranjeros como un panal a las abejas. Así, pues, unos pueblos, como los chinos, construyeron murallas para protegerse de sus enemigos. Otros para mantener sojuzgado y confinado a poblaciones en perímetros rodeados de muros y alambradas. Esos muros impiden traspasar a la gente que trata de huir a otro país.
En cambio, otros gobiernos levantan farallones para imposibilitar que inmigrantes pobres crucen sus fronteras en busca del "Sueño Americano" o europeos. Hay también naciones que no necesitan edificar inmensas tapias para frenar el éxodo de descontentos con sus regímenes. Tienen una barrera natural: El océano. Pero a pesar de eso, muchos se aventuran en alcanzar su sueño, aunque tal vez al final algunos se dan cuenta que era un espejismo. Para aquel hombre subvencionado que no ha aprendido a trabajar la vida es dura. Ningún desayuno es gratis, incluso en el Estado benefactor. Alguien lo paga.
Estamos en pleno Siglo XXI y esas barreras que niegan la libertad no cesan de construirse. El hombre no solo limitó sus fronteras, sino que se empecinan en levantar tapias gigantescas y muros, resguardados de armados. Incluso estacionan tanquetas y usan drones para localizar a inmigrantes en desiertos. En 1994 se construyó una valla de seguridad bajo el programa "Operación Guardián" entre México y EE.UU, que se extiende por cerca de 3,200 kilómetros. Tratan de impedir con esa tapia (Desde Tijuana hasta San Diego (California) que miles de ilegales, ingresen a su territorio. Otros tramos del muro se extienden a los estados de Arizona, Sonora, Nuevo México, Baja California, Texas y Chihuahua, que gran parte de esa zona lo reclaman los mexicanos como suyos. Ese muro tiene tres barreras de contención, iluminación, detectores de movimientos, sensores electrónicos y equipos con visión nocturna. Además, camionetas todoterrenos y helicópteros. Más de diez mil indocumentados han muerto en su intento de cruzar.
Al otro lado del mundo, los israelitas, muchos de ellos que huyeron de la barbarie de la Alemania nazi, han construido un muro que alcanzará 700 kilómetros de largo y entre 50 y 100 de ancho dentro de Cisjordania, territorio ocupado tras la guerra contra los árabes. Esa valla incluye alambradas de espino, zanjas, zonas de arena fina para detectar huellas, torres de vigilancia y caminos asfaltados a cada lado para permitir patrullar a los tanques. Israel controla así a 2 millones de palestinos dentro de ese territorio cercado. La Corte Internacional de Justicia exigió a Israel detener la construcción del muro, pero hizo caso omiso. Ese tribunal determinó que el muro viola el derecho internacional humanitario y los derechos humanos de los palestinos, cuyas tierras han sido confiscadas y casas demolidas. Israel debería indemnizarlos, pero no les importa. La historia es trágica, cada país tiene su muro. De indistintos tamaños y lugares. Esos suelos están manchados de sangre.
En la península coreana también se construyó, en 1953, una franja de cuatro kilómetros de ancho por unos 250 kilómetros de largo. Ese país sufrió un millón de muertos, tras la guerra. Corea del Norte es una enorme cárcel, dominada por una Dinastía. La del Norte, pobre; y la del Sur, rica. En Chipre una barrera partió en dos ese país. Desde 1964, los grecochipriotas viven en el sur y los turcochipriotas en el norte de la isla. Allí también hubo una guerra en 1974. La alambrada tiene una extensión de 180 kilómetros y una zona estaba bajo control de fuerzas de paz de la ONU. Más lejos está Sahara Occidental con su muro de 2.700 kilómetros de dos y tres metros de alto y un conjunto de seis paredes defensivas. Posee alambres de espino y minas. Es considerada la más largas después de la Muralla China. La guerra estalló entre los pobladores originales (saharauis) y los marruecos en ese lugar tras la retirada de España, la potencia colonial.
España también erigió dos barreras en Ceuta y Melilla a finales de los 90 para detener la oleada de inmigrantes africanos. Igualmente, en Irlanda crearon las 99 "líneas" o "muros de paz" de la capital Belfast. Desde hace 40 años han tratado de evitar choques violentos entre católicos y protestantes. India y Pakistán, ambas potencias medias nucleares, enfrentadas por el territorio Cachemira, en 1947,1965 y 1999, tienen también su muro de la discordia de más de 2 mil kilómetros y alambradas, tras la invasión del entonces Saddam Hussein. E igual Kuwait e Irak tienen su muralla de 190 kilómetros con cerca electrificada, alambre de púas y muros de arena. La última: Uzbekistán tiene una barrera de 1,100 kilómetros con alambres de púas, minas y cercas electrificadas.
Han transcurrido varios siglos de la construcción de la Gran Muralla China y los hombres insisten en levantar vallas gigantescas y muros que dividen ciudades y países. Algunos de esos muros se mantienen incólume como la Muralla China, otros han caído como Jericó, según el relato bíblico. Esta fortaleza fue sitiada por los israelitas. Todos sus habitantes fueron asesinados y por eso la ciudad fue maldecida. Se podría afirmar que Jericó es una de las más antiguas ciudades amuralladas del mundo. Después le seguiría la Gran Muralla China. Jericó se remonta a 8,000 Antes de Cristo.
Otras murallas irán cayendo, poco a poco, como el Muro de Berlín, levantado en 1961, dieciséis años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Cuando las potencias aliadas y vencedoras cayeron sobre Alemania, dividieron en cuatro partes esa ciudad: zonas soviética, inglesa, francesa y, por supuestos, americana. La "Cortina de Hierro" ha sido derribada, en 1989 pero el espíritu nazista parece resucitar no sólo en Alemania unificada, sino en Europa y los propios EE.UU. Pero hay un muro que ha sido harto difícil de derribar en el mundo: La pobreza.
