SERA INEVITABLE.-Que muchos años después, frente a la montaña de obras y la cabalgata de recuerdos que nos deja Gabriel García Márquez, no regresemos a Macondo, considerándolo como el inicio y el fin de un mundo literario…De pronto, al morir un escritor tan genial que logró cobijar a las futuras generaciones con su realismo mágico, el mundo nos parece tan reciente, que aturdidos por el hecho testarudo, preguntamos por el nombre de las cosas, mientras las señalamos con el dedo tembloroso…De alguna manera, todos los que hemos tenido el deleite de leerlo, nos sentimos parte de los Buendía, sin importar si somos Aurelianos o Arcadios, tratando de evitar que con éste impacto, el mundo se vuelva triste para siempre, pensando que seguiremos viviendo con el hechizo de su fantasía, con la promesa de un mundo prodigioso.

SU MEJOR LIBRO.-Por abrumadora mayoría, es la pontificada Cien Años de Soledad. William Ramírez acostumbraba guardar esa novela debajo de su almohada. Fue por eso que utilizó "Aureliano" como su nombre de guerra, mucho antes de llegar a ser reconocido como Comandante Guerrillero… Hay quienes se inclinan, con sólidos argumentos por El Amor en los Tiempos de Colera, la historia de los amantes contrariados Fermina Daza y Florentino Ariza…Yo me sentí atrapado por El Otoño del Patriarca y sus brutales metáforas, que golpean las mandíbulas con la violencia de los ganchos disparados por Joe Frazier, haciendo, como lo dice Gabo en Cien Años, que las calderas, las pailas, las tenazas y los anales, cayeran de sus sitios, mientras las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos intentando desclavarse.

LA SOLEDAD DEL PODER.-Es lo que grafica magistralmente García Márquez en el Otoño según los grandes analistas. Muestra que la dictadura es un forma de gobernar vil y pobre, el nivel más bajo de una sociedad política… El patriarca vive con el tiempo estancado a su alrededor, viajando en el coche fúnebre del progreso, escuchando el ruido del furgón de la peste, sintiéndose atrapado por una telaraña polvorienta y el tufo de un gallinero, tratando de abrirse paso en un matorral asfixiante…Aquella frase de su madre "Si hubiera sabido que llegaría a ser presidente, lo hubiese enviado a un colegio", y el hecho que su nombre sea un misterio, porque sólo es mencionado una vez en el libro, haciendo que olvidemos que se llama Zacarias, son parte de los atractivos escombros por los que transitamos en esa lectura apasionante sobre el manejo de títeres y el poder absoluto.

CADA INICIO, UNA LECCION.-Sin la menor duda, en cada instante de su vida, fue un catedrático, y lo certificó en cada inicio de novela o cuento: Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo… El día que lo iban a matar, Santiago Nassar se levantó a las 5 y 30 de la mañana a esperar el buque en que llegaba el obispo… Esta es incrédulos del mundo, la verídica historia de la Mamá Grande, soberana de Macondo, que murió en olor de santidad y a cuyos funerales, vino el sumo pontífice… Estaba sentado en el escaño de madera bajo las hojas amarillas del parque solitario, contemplando los cisnes polvorientos con las dos manos apoyadas en el pomo de plata del bastón, y pensando en la muerte…La vida no es lo que uno vivió, sino la que uno recuerda, y como la recuerda para contarla.

QUE SUERTE.-Fue haber estado creciendo como estudiante, leyendo a García Marquez, y en esto tiene mucho que ver la influencia de Guillermo Rothschuh Villanueva, quien me apartó de mi apasionamiento por los best sellers de Wallace, de West, de Sheldon… Gabo es culpable de inyectar a generaciones, ese cariño por la lectura que sin llegar a aproximarnos a un dominio, como el que tienen los especialistas, tanto incidió en nuestra formación y contribuyó para mantenernos en permanente corrección, frente a las lecciones de vida que las obras nos ofrecían, mientras, como diría Gabo, intentábamos dejar de ser desconocedores de esa magia que es la literatura...Pese a que anduvo por aquí, nunca lo pude tener a mano para un saludo. Una vez, intenté ir a la Feria de Guadalajara y aprovechar mi amistad con Sergio Ramírez para ver si obtenía los cinco minutos de atención que me proporcionó Vargas Llosa en el Inter de Metrocentro, pero no pude concretar el viaje.

FRASES DEL OTOÑO.-El aire era más tenue en los pozos de escombros de la vasta guarida del poder, y silencio más antiguo... Estaba tirado en el suelo boca abajo, con el brazo derecho doblado bajo la cabeza para que le sirviera de almohada, como había dormido noche tras noche durante todas las noches de su larguísima vida de déspota solitario…La ventaja de vivir como un rey sin la calamidad de serlo… Nada era verdad en aquella crisis de incertidumbre que le estaba amargando la gloria y le quitaba hasta las viejas ganas de mandar…Un pánico de golondrinas en el cielo diáfano de diciembre… Con la cabeza en la mano buscando donde ponerla... Aproveche ahora que me estoy muriendo para morirse conmigo...Se sintió ultrajado y disminuido por la inclemencia de la muerte ante la majestad del poder, vio la vida sin él, vio con una cierta compasión como eran los hombres desamparados de su autoridad…Ya se acabó esta vaina, de ahora en adelante voy a mandar solo, sin perros que me ladren.