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EDICCION ESPECIAL POLICIA 2012
EDICCION ESPECIAL EJERCITO 2012

"OBAMA" EL SUEÑO DE MARTIN LUTHER KING

Dr. Julio Centeno Gómez

*Fiscal de la República

El 20 de Enero del 2009, a las 12:05 minutos de la tarde en Washington, Capital unipolar del mundo, un joven de color de raíces africanas, ante una multitud delirante de más de dos millones de personas reunidas desde la víspera del día anterior, levantó su mano derecha y juró solemnemente por primera vez, ante la misma Biblia, que 200 años atrás sirvió con el mismo fin al leñador Abraham Lincoln, desempeñar fielmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos de América. Este 21 de Enero del corriente año, se repitió la misma escena en la asunción de su segundo periodo presidencial de Barack Hussein Obama.

A Lincoln se le recuerda por su humildad y entereza, y por su famosa oración fúnebre en el Cementerio de Gettysburg ante la tumba de los caídos en la Gran Guerra Civil que le tocó conducir para romper las cadenas de la esclavitud de los ascendientes étnicos de Obama y para que: "El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, no desaparezca jamás de la faz de la tierra", dijo al cerrar su discurso- Seguramente la definición más perfecta de la democracia. Precisamente en su elocuente discurso de toma de posesión de este segundo periodo, Obama, rememoro esas frases inmortales de Abraham Lincoln y fundamento su discurso en ese concepto universalmente aceptado de la democracia liberal. Es interesante considerar que esos dos presidentes de vocación democrática, separados por más de dos siglos de distancia juramentaran la conducción de la poderosa Nación del Norte sobre las páginas del Libro Sagrado de los cristianos.
No se puede pasar por alto tal coincidencia, Obama simboliza la realización full color del sueño americano; una reedición masculina de la cenicienta, una esperanza para los grupos minoritarios en cualquier parte del mundo; "el sueño realizado de Martín Luther King".
Llegar a la presidencia del país más poderoso del mundo capitalista venciendo todos los obstáculos y complejos raciales y de clases que se manifiestan desde las altas cúpulas de poder, pasando por las agrupaciones clandestinas nazi fascistas, los berrinches del Ku Kux Klan, hasta las histriónicas reacciones de locos y fanáticos, es un gran mérito, una gran labor personal y de equipo. Ser Presidente de la Metrópoli del mundo capitalista no es cualquier cosa, sobre todo cuando ese líder surge inesperadamente del grupo minoritario más sufrido y vilipendiado por los elementos de poder de una sociedad heterogénea, compleja y agresiva.

Barack Hussein Obama asumió por primera vez la Presidencia de su país en condiciones bastante parecidas o peores a las que presentaba el país, cuando asumió esa misma presidencia, Franklin Delano Roosevelt el 4 de Marzo de 1933, otro presidente de mentalidad liberal social y que enfrento la crisis económica de su tiempo, con una política social que asombro al mundo, por su gran contenido revolucionario (el New Deal).

Es indudable el carisma de Barack Hussein Obama dentro y fuera de su país, su color fue más bien un factor de éxito bien manejado. Su ideología social lo acerca también a otro personaje mítico en la historia contemporánea de los Estados Unidos de América, a John Figerald Kennedy, a quien trata de imitar, en el hablar, en los gestos, en el manejo con la prensa, en el trato cortés con el público y en sus discursos, donde refleja el pensamiento social kennediano. La afinidad ideológica es evidente, los separa únicamente el color de la piel y la leyenda aristocrática del Camelot de la Casa Blanca, detenido en medio de su propia historia por balas asesinas que salpicaron de sangre su nación y el pecho horrorizado de su bella esposa, y la tristeza universal consecuente a su muerte; mientras sus asesinos eran cubiertos por la impunidad que les brindaran los mismos elementos encargados de cuidar y preservar la vida y seguridad del Presidente asesinado. Pero Barack Hussein Obama representa también por mandato constitucional la otra cara de esa compleja Nación, la cara sucia del imperialismo, hoy unipolar y su política expansionista y dominante, por lo tanto tendrá que seguir enfrentando esa inexorable y cruel realidad. Talvez su espíritu cristiano manifiesto en la entrevista publicada en Selecciones del Reader's Digest de Febrero 2009, lo aleje de las negras ideas del destino manifiesto, del Bill Steack y de otras políticas expansionistas que han llevado a su país a invadir y ocupar naciones, fomentar y promover guerras civiles para defender a dictadores y a inventar protectorados y bases militares.
Dios proteja al Presidente Barack Hussein Obama y lo aleje de esas políticas macabras que constituyen un peligro mortal para la seguridad del mundo y para su propia seguridad.

 


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