Hace ya muchos años, Jinotepe era la ciudad más limpia del país, dejó de serlo también hace algún tiempo. Recorrí el centro de la ciudad, nuevamente y fue emocionante ver sus calles, aunque totalmente deterioradas, las hermosas casas que rodean al mercado y a la Parroquia todavía están como que salen de la guerra o de quién sabe dónde.
Es de esperar que se restaure el centro de la ciudad y que el viejo mercado lo conviertan en algo útil y no lo dejen ahí como un mercado paralelo, pues los nicas tenemos la costumbre de comprar en cualquier parte y donde nos es más cercano, sin percatarnos de todo lo que eso significa, algo que ya lo los jinotepinos lo vivieron al tener cercada su ciudad.
Ahora si la alcaldía y las autoridades no ponen mano dura y exigen cumplimiento de las reglas, el nuevo mercado no tardará en desordenarse, a pesar de que es tan hermoso, amplio y fresco. Ya tiene los alrededores copados de ventas callejeras, de patios llenos de basura donde se están descargando las frutas –imagino que el mercado debe tener un lugar de descargue-, las bolsas de plástico orgullosas luciéndose como la nueva flor nacional.