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Correos Corporativos
EDICCION ESPECIAL POLICIA 2013
EDICCION ESPECIAL EJERCITO 2013

Los mitos sobre las maldades del azúcar

Por Denis García Salinas

Hace muchos años las malas prácticas alimentarias, influenciados por factores sociales, económicos y culturales, no despertaban tanta preocupación como hoy en día, y, particularmente, en nuestro país. Incluso ni los científicos y médicos no se alarmaban por ese desorden alimenticio como ahora. En realidad, este caos es más pronunciado en el Primer Mundo que en los países del llamado Tercer Mundo, pese a que la situación de salud y seguridad alimentarias son precarias por la extrema pobreza, las malas condiciones de salubridad, la insuficiente producción de alimentos, la baja disponibilidad y elevado precios de los productos alimentarios. Este drama se agrava por el aumento de la población y los bajos ingresos de los sectores pobres.

Sin embargo, esa globalización de retorcidos hábitos alimentarios ha tocado ya nuestras puertas. Esta confusión desatada en nuestras sociedades por ciertos productos es la responsable de ciertas enfermedades y de la obesidad global. Y uno de esos artículos que ha sido cuestionado injustamente es el azúcar, que le atribuyen, sin fundamente, ese apocalipsis alimentario. En efecto, algunas empresas hasta han organizado campañas contra el consumo de carbohidrato en nuestros hogares para vendernos otros nuevos productos dietéticos y "light" sin contenido edulcorantes, pero que finalmente lleva a la obesidad de la persona.

Entre esos falsos mitos se decía que el azúcar causaba diabetes, subía el nivel de triglicéridos, alteraba el sistema nervioso, reducía la esperanza de vida y provocaba sobrepeso. En primer lugar, la diabetes es hereditaria, es una enfermedad congénita, según la medicina moderna. Es decir, nada que ver con la ingesta diaria de azúcar. Más bien el azúcar es imprescindible porque inyecta energía a nuestro organismo. Dinamiza el funcionamiento de nuestros músculos y cerebro.

Los deportistas tienen una dieta alta en carbohidratos (fibras, los granos y los cereales integrales, los vegetales y las frutas y azúcares) antes de una competencia de resistencia. Además, el azúcar permite disfrutar de una alimentación más apetecible y proporciona bienestar. Por tanto es falso el mito que los productos "light" o "sin azúcar" generan tranquilidad. Las empresas venden ilusiones. Más bien es el consumo adecuado de azúcar que brinda un efecto tranquilizante del sistema nervioso, calma la ansiedad, y la tensión. Es recomendable comer dulce con un vaso de leche para dormir mejor. El azúcar es vital para el funcionamiento del cerebro.

Por supuesto que no se puede abusar del consumo de alimentos que proporcionan azúcar y calorías a tu anatomía. Por tal razón, no podemos culpar a todos los carbohidratos que aumentan desproporcionadamente el volumen de nuestro cuerpo. Debemos aprender a administrar su consumo y a elegir carbohidratos "saludables" (los compuestos por fibras, como los granos y los cereales integrales, los vegetales y las frutas). Estos últimos contienen vitaminas y minerales muy beneficiosos para nuestro organismo. Se debe evitar los carbohidratos que solo brindan azúcar a tu cuerpo pero carecen de fibra y otros nutrientes.

Entre estos están: harina blanca o el arroz blanco.

Antes las sociedades eran, al parecer, más sana que en estos tiempos en el que el proceso de globalización impone un nuevo modelo de alimentación, promovida principalmente por las empresas multinacionales con sus comidas rápidas, (Hamburguesas, hot dogs, pizzas, etc.) En la actualidad, hay más personas enfermas y más obesas que hace cien años. Bastar ver los programas de televisión para asombrarse del aumento desenfrenado de la obesidad en el planeta, principalmente en EEUU. Presenciamos la obesidad global. Pero no se puede culpar al consumo de azúcar, utilizada desde épocas antiquísimas (dos mil años, según los historiadores) del incremento de esas enfermedades.

Más bien creo que el mal uso de los alimentos disponibles y la toma de decisiones incorrectas sobre el consumo de los mismos, propiciados por factores socioculturales, llevan consigo hábitos alimentarios inadecuados y una serie de enfermedades: anorexia (perder el apetito), la bulimia (hambre, voracidad) y, por supuesto, la obesidad. En los trabajos, comemos pocas horas después de haber consumido nuestro almuerzo o llegamos a casa, por la noche, y nos espera un gran plato (maduro frito, queso, gallo pinto y gaseosa) y en otras oportunidad un pollo frito o un trozo de carne.

En realidad estamos comiendo más de lo necesario. Esta enfermedad moderna de la obesidad es nada más culpa de nosotros mismos. No sabemos cuáles alimentos comer, en qué cantidad y cómo. Abusamos de los refrescos importados, o de los postres. Pero si se comen racionalmente los postres, que contienen sacarosa, los disfrutaremos. Y no pensaremos en las libritas que sobresalen por nuestro estómago. En la mañana que nos levantamos es la mejor ocasión para endulzar la leche o los jugos para procurarnos vitalidad que necesita el adolescente o el joven para ir a la escuela o la universidad.

De esta manera, el muchacho o joven tendrá suficiente combustible para estudiar, jugar y hacer deportes. En conclusión, podemos asegurar que los mitos sobre el chocolate, los dulces, y el azúcar, que engordan, provocan gastritis, causan hiperactividad y hasta producen enfermedades, no siempre son catedrales de verdades. En cuanto la gastritis es una inflamación del estómago empeorado por el estrés y malos hábitos alimenticios. Los dulces no tienen un efecto directo en el estómago ni afectan la gastritis. En fin, yo no podría vivir sin disfrutar una buena taza de café sin azúcar, pues una vida sin azúcar es vivir un mundo amargo.

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