¿Se derrumba el mundo?

Por Denis García Salinas/Desde Mi Ventana

Cada vez que despierto cada mañana en mi cuarto enciendo el televisor y los primero que veo en el telenoticiero es el asalto de rehenes en Túnez que acabó con 17 turistas muertos. El Estado Islámico asumió la autoría. Los dos terroristas abatidos han sido llamados por el EI "Caballeros del Estado islamico". La historia ha sido una lucha de clases, primero con piedras, después con lanzas y arcos, y ahora con armas sofisticadas, drones, robots y misiles nucleares. Terroristas que se inmolan y asesinan a irreverentes y ateos caricaturistas y periodistas  en nombre de Alá en Paris. Otros, con gran poder imperial, invaden Siria, Irak en nombre de Dios y de la democracia. La esclavitud que, aparentemente, había sido arrinconada en el desván de la Historia, está viva.

Basta revisar los periódicos para saber que en Corea del Norte, patrocinan la "esclavitud". Se estima que en ese país, entre 60 y 65 mil coreanos trabajan en más de 40 países, para suministrarle al régimen de Kim Jong-un, entre 150 y 320 millones de dólares al año. Estos trabajadores esclavos, bajo la severa mirada de supervisores del Gobierno norcoreano,  laboran más de diez horas los siete días de la semana sin recibir su salario. Da la impresión que algunos países del mundo se desmoronan. El  Brasil de Dilma Vana da Silva Roussef, con su antigua popularidad caída al precipicio, tiene problemas con los precios de las materias básicas, según los economistas de su país. China, ese gigante que despertó con un rugido que se escucha en todos los confines del mundo, sufre también del padecimiento de la  desaceleración, a pesar que sus nuevos millonarios devoran bienes inmobiliarios, negocios de toda clase en Europa, Asia, África y América Latina.

Los chinos comunistas-capitalistas tiraron al cesto de la basura el Libro Rojo de Mao por el Capital en versión corregida y aumentada.  La vieja Rusia de Lenin, que resucitó tras el estrepitoso desplome del socialismo, volvió con sus aires de grandeza zarista con Vladimir Putín. Pero su osadía en Ucrania le ha valido sanciones occidentales y la disminución de sus arcas por la caída del petróleo. Dicen los expertos que esa Rusia está metida en el atolladero de la recesión, es decir, sufre una disminución de la actividad comercial e industrial que comporta un descenso de los salarios, de los beneficios y del empleo. Chris Beauchamp, analista de mercados:" Si tenemos en cuenta la caída en los precios del crudo, el impacto de las sanciones y la incertidumbre política en Rusia, el pronóstico es todavía peor de lo que mucha gente teme".

A esto se añade  la guerra comercial entre Rusia, Europa y Estados Unidos, que vislumbra un doloroso parto que no se sabe si terminará en un aborto.   "Un frío invierno sin pronósticos que anuncien el regreso del sol primaveral," es el panorama que presenta Rusia para el próximo año. Hay amenaza de una "tormenta perfecta" con viento huracanados que pueden derrumbar las  puertas del Kremlin. Y como corolario de esa trágica suerte el opositor reformista Boris Nemtzov, fue tiroteado mortalmente en febrero pasado. Este físico de profesión se creía que sería el sucesor del entonces presidente de Rusia Boris Yeltsin, pero no fue así y en su lugar Yeltsin eligió a Putin.

Mientras caen sus rivales (Rusia, Venezuela y otros países), India es una de las pocas economías que emergen en medio de esta catástrofe. Los economistas aseguran que la bolsa de valores y la rupia están al alza. India iguala el crecimiento de China. Pero sufre el problema de la dependencia del petróleo. No todo es color rosa para la India. En Delhi, su capital atestada de pobres harapientos,  la población respira un aire tóxico y sus partículas están penetrando en los pulmones de sus habitantes. Se estima que 1,5 millones de personas mueren anualmente como resultado de la contaminación del aire tanto interior como exterior. Se dice que esto es causado principalmente por el uso generalizado de estiércol de vaca como combustible para cocinar. Según la Organización Mundial de la Salud, sus habitantes tienen la tasa de mortalidad más alta del mundo por enfermedades respiratorias.

Los ricos y diplomáticos están abandonando la capital para vivir en lugares más óptimos y menos dañinos. México es otro de los países más contaminado del planeta. Por la noche baja una nube  tóxica que contamina la atmósfera con plomo y mercurio. Si un amanecer esa nube no sube, morían asfixiados gran parte de los 20 millones de habitantes del Distrito Federal.

El mundo actual es mucho más complejo que la época de la Guerra Fría. El globo asiste impávido a una nueva guerra: La de los islamitas fundamentalistas. Degüellan a periodistas, y niños son obligados a disparar a la cabeza de supuestos espías israelitas. Cada vez el panorama mundial se enrarece. Boko Haram, el grupo miliciano de Nigeria, ha jurado lealtad al Estado Islámico que ha declarado una guerra sin parangón al mundo occidental.   Ese grupo ha sido culpado de masacrar a estudiantes y extender su brazo terrorista a Camerún,  Níger y Chad, a cuyos gobiernos  EEUU prometió 40 millones para armarse ante esa amenaza. Los chicos árabes en Inglaterra están siendo atraídos por esos salmos violentos islamitas con el fin de enviarlos a combatir a Somalia y Siria.  La juventud se radicaliza en Europa y se alistan como combatientes contra occidente. Los padres están impotentes ante el discurso radical que fascina a sus hijos.

Pero EE.UU no es una isla y no está exenta de la violencia.  Actualmente, hay una polémica en ese país, donde se quiere que las chicas porten armas en las universidades para que se defiendan de las agresiones sexuales que ocurren en esos centros tras las fiestas.  Pero portar armas ha sido prohibido en 41 estados. No obstante en Colorado, Wisconsin y otros siete estados se permite que las chicas utilicen armas ocultas en los campus. Los profesores se oponen a esa medida y con buenas razones, pues  sería abrir la puerta a futuros tiroteos como los que ocurren en los colegios de secundarias, donde chicos enfermizos y coléricos entran a las aulas, disparando sin compasión contra sus compañeros. 

Y tan cerca de EE.UU, pero tan lejos de Dios está ese México que se le llamó un día "insurgente", pero ahora es señalado por moros y cristianos como un Estado fallido, corrupto, asolados por traficantes de drogas, y criminales. Lejos de allí, en Kabul, Afghanistán nos trae eco de la guerra primero contra los rusos y después contra los gringos. Ahora la ofensiva es contra las mujeres para proteger el "honor" de la familia. Allí las mujeres huyen de sus hogares cuando su propia familia las obliga a casarse con el hombre que deciden sus padres, aunque sea mayor. En las provincias de Afghanistán las mujeres que se enamora de otro hombre tienen que huir, pues la familia prefiere verla muerta que deshonrarlos. ¿Acaso se desmorona el mundo?