MeinKampf (Mi Lucha)
Por Denis García Salinas/ Desde Mi ventana
Adolfo Hitler se suicidó hace 70 años. Pero dejó un libro Mein kampf (Mi Lucha) que sigue despertando un insólito interés entre libreros y lectores. Hace días fui testigo de un extraño hecho. Resulta que encontré a un joven, acompañado de una chica, que preguntaba en una librería por Mi Lucha, libro condenado a muerte en muchas sociedades. Pero lo prohibido siempre solivianta interés. Quizá ese joven tiene ese mismo interés. Tal vez. No pude preguntarle por qué quería comprar esa obra maldecida en Europa. Tampoco sé si algún profesor de nuestras universidades le haya sugerido en sus planes de estudios. Sin embargo, yo dudo que en esta sociedad deprimida y que ha perdido ese hábito de leer e indagar, haya espíritu para buscar la verdad.
Desde hace muchos años, debo confesar, he tenido interés en adquirir ese texto controversial. Antes del triunfo de la revolución en 1979 esa obra se podía conseguir en muchas librerías que existían en la vieja Managua. En el pasado había una gran cantidad de librerías, pero ese será tema para otro artículo. Mi hermano, que a la sazón tenía 18 años, compró ese libro Mein kampf, creo que lo publicó una editorial española o argentina. Pero nunca lo pude leer. No recuerdo por qué. La visión que tenía del nazismo era la que veía en las películas estadounidenses en la que los soldados americanos eran los "chavalos de la película". La propaganda contra los nazis inyectó mucho odio entre pobladores del mundo contra esa raza que se creía superior. E incluso he escuchado, actualmente, a gente que tiene desprecio por los alemanes. Tal vez se deba a esa propaganda o por lo que hizo Hitler en Europa, convertida en una mazmorra.
Siempre me preguntaba cómo era posible que un hombre haya desatado tanta locura sangrienta en Europa. Solo recuerdo de niño los noticieros documentales que transmitían en el cine antes de empezar la película. Después vi varias cintas sobre ese personaje siniestro que enloqueció de poder al pueblo alemán. Fueron pocos los que desistieron del discurso persuasivo de ese hombre que quería acabar con los judíos, los gitanos y los comunistas. Era un hombre que asombraba cuando estaba frente a las multitudes delirantes. Hitler era un auténtico orador, aunque cierta literatura asegura que el Führer del III Reich solo gesticulaba, pero un intelectual judío, que estaba debajo del estrado, era el que pronunciaba el discurso que trastornaba a la masa excitada. Una muchedumbre, que había perdido la razón, clamaba por el expansionismo germano. Ese discurso de la raza superior subyugaba.
Muchos quizás se sentirán molestos en Europa que se anuncie ahora que en el año 2016 se reeditará el libro Mi Lucha, escrito por Hitler en 1924. En 1948 se dictó la sentencia judicial que decidía que los derechos de autor del libro pasaban a manos del Estado de Baviera.
Setenta años han transcurrido desde la muerte de aquel hombre que envió a millones de judíos a los campamentos de concentración, donde los alemanes habían construido cámaras de gases y hornos crematorios para exterminar a seis millones de judíos.
En Nicaragua, ese libro de Hitler no ha sido prohibido, pero, al parecer, los libreros no les interesan vender esa obra, como diría Fernando Aramburu, "lleno de desvarío y mediocridad intelectual que conserva para más de un ciudadano alemán un prestigio de reliquia".
La polémica está abierta desde que se anunció su reedición, aunque en la internet los fanáticos de Hitler tienen a disposición esa obra, que solo evoca tristes recuerdos de los trenes repletos de judíos directo a la muerte. Unos quisieran que ese texto se incinerara y dejara de existir; otros, los que defienden la libertad de pensamiento, claman porque se publique y se venda. Solo de esa manera las nuevas generaciones conocerán el testimonio de hombre que quiso dominar el mundo. Por tal razón publicar Mi Lucha significará testimoniar la locura y mostrar al mundo el dolor de millones de judíos.
Hitler no resucitará, porque nadie ha regresado del más allá. Incluso ni el polvo del autor de Meinkampf existe. Solo en las mentes de los cineastas que recrean el regreso de soldados de la Wehrmacht, la Fuerza de Defensa, como zombies, matando y descuartizando. Pero eso solo es ficción, como ocurre con la novela de Timur Vermes en la que aparece en un descampado en el 2011. De allí recrea la nueva historia de Hitler con el libro "Ha Vuelto" pero éste es un simple libro de gran éxito de librería en Europa. Nada más. Hitler no puede renacer. Eso es imposible.
Dicen en la internet que es un libro cómico, pero patético en estos tiempos en que el odio de las razas ha surgido en el mundo. Hitler no resucitará, pero el peligro de sus ideas ha empezado a preocupar al mundo que ven el fantasma del nazismo cabalgar otra vez por las calles de Europa y Estados Unidos con sus cabezas rapadas, levantando la mano derecha en alto y gritando el saludo nazi Heil (salve) Hitler. A pesar de todo, creo que ese libro no debería de ser prohibido, para que el lector conozca y comprenda las ideas enloquecidas de este hombre que arrastró a todo un pueblo alemán a una de las guerras más trastornada de la historia.
Los autores que defienden la reedición de ese libro del mal sugieren que se publique con una glosa que explique el infierno que vivió Europa en aquella mala hora. Recordar como Hitler uniformó a jóvenes, adolescentes y niños y los llevó a un paroxismo de odio contra los judíos. Niños, uniformados y armados, que delataban a sus padres y vecinos que hablaran mal del fuher. Cuando se derrotó al nazismo, muchos niños fueron detenidos con sus armas en los brazos por las tropas americanas y rusas que asaltaron Alemania en aquella terrible época. Ese libro, sin embargo, ya no se vende en las pocas librerías que existen actualmente en Nicaragua.
