Un mundo sin pausa
Por Denis García Salinas/Desde Mi ventana
En la mañana que leo el periódico impreso las noticias publicadas ya envejecieron en un santiamén. Una noticia siempre entierra otra noticia. Ninguna información es longeva. Desfallece cundo el periodista pone el punto final a su noticia. Pues, mientras él escribe, ese mismo suceso pasó a segundo plano, momentáneamente, por otra matanza en La Franja de Gaza o la caída del avión de Malasia Airlines, derribado por insurgentes prorrusos, apoyados por Vladimir Putín, un dirigente popular en Rusia, pero calificado de Dictador en Europa y Estados Unidos. El caudal de sucesos que ocurren a nivel mundial es impresionante. En efecto, las sacudidas que experimenta el mundo (Ucrania, Israel, Siria, Iraq, Afganistán, etc), es tal que hasta el Presidente de Estados Unidos, Barak Obama está abrumado de tantas crisis que suceden en el hemisferio. Obama no tiene tiempo para un respiro o tomar una decisión como "gendarme del mundo".
Obama y su equipo de analistas y asesores están en una encrucijada. Mientras EEUU, el gran imperio moderno, aupado con lo mejor de la tecnología, actúan como bombero en una crisis y otras echa leña al fuego que se extiende por el mundo. Incluso analistas estadounidenses ven en estos trances por todos lados como una situación vivida antes de la segunda guerra mundial. The New York Times pinta bien el cuadro que vive Obama: Mientras EEUU presiona a Rusia a dejar de propiciar una guerra en Ucrania, por otra parte trata que Putin le ayude a que Irán reduzca su programa nuclear. Así sucede con su apoyo a Israel, mientras el secretario de Estado John Kerry visita a Egipto, otro dolor de cabeza, para buscar un cese el fuego en "Tierra Santa".
El diario ya no tiene espacio para publicar tanta información que se genera en el planeta. Vivimos un nuevo orden mundial donde prevalece el caos, la destrucción, la matanza, el crimen de mujeres y la perdición por las drogas. Un mundo donde no hay pausa para una tregua, para la paz. No hay misericordia en las calles de Jerusalén, la fé enterrada en los templos. Ya no tenemos tiempo para la reflexión y el análisis. Las redes sociales se han sumado a esta montaña de noticias que cada día nos sepultan. Ya no necesitamos esperar las noticias redactadas por los periodistas y editadas por sus jefes de redacción de la televisión y de los diarios impresos. Basta tener una computadora o un celular para leer noticias de cualquier lugar recóndito del mundo, enviadas por ciudadanos comunes. Muchos que tienen su Smartphone o un simple celular reciben la información sobre lo que está ocurriendo en Ucrania, la Franja de Gaza, Irán, Libia, Siria, China, etcétera. Si bien es cierto los periodistas son los verdaderos profesionales que escriben sobre lo que ven y envían sus informaciones a sus respectivas centrales de redacción, donde su redactor jefe las editará para garantizar la precisión y veracidad del hecho suscitado a largas distancias, las redes sociales se han inmiscuido en su trabajo. Sin verificar los hechos.
El periodista cuanta con un coladero, pero el ciudadano común no. Estos ciudadanos utilizan el twitter, el Facebook, y otras herramientas digitales, para informar sobre lo que vieron, aunque en muchas ocasiones hay exageraciones y falta el punto de vista de un editor que les permita informar con mayor responsabilidad. La tecnología y los fenómenos naturales han permitido que el hombre y la mujer vivan en un mundo cada vez más estrecho, ajeno y sin oportunidad para disfrutar de una pausa. Los terremotos y los tsunamis han desquiciado el globo terráqueo al extremo de afectar el tiempo. Ahora los días transcurren rápidamente. El mundo ya no envejece con pausa.
La ONU está atada por sus propias reglas para detener esta hecatombe mundial. EEUU, Rusia, Gran Bretaña, China y Francia tienen el derecho al veto para entorpecer cualquier acción de Ban Kin moon. El planeta está en estos momentos plagado de conflictos, pero la ONU no puede hacer nada porque esas cinco naciones tienen grandes intereses estratégicos en esos lugares. EEUU ha vetado 14 resoluciones, principalmente relativas al conflicto israelí-palestino, y Rusia lo ha hecho once veces, protegiendo a sus aliados e intereses. Los aprietos mundiales siguen y todos observamos, sin poder hacer nada, desde nuestra computadora, frente a un televisor o leyendo un diario sobre hechos bochornosos, como aquellos dos líderes supervivientes de la dictadura de los Jemeres Rojos (1975-1979) encontrados culpables de "exterminio y asesinato, persecución política y otros actos inhumanos incluyendo desplazamiento forzado, desapariciones forzadas y ataques contra la dignidad humana".
No hemos terminado de leer esta noticia de estos criminales que causaron dos millones de muertos en Kampuchea, cuando Barak Obama enfrenta otra posible "intervención humanitaria" en Irak, donde los yihadistas suníes del Estado Islámico de Irak y el Levante tienen acosado a unos 30 mil yazidíes en el monte Sinjar. Se encuentran cercados sin agua ni comida y amenazada con morir por el calor y la deshidratación, mientras la epidemia del cruento Ébola se ha cobrado 729 muertos en Guinea, Liberia y Sierra Leona. Es considerado el "brote más grande y más complejo de la historia". Hasta el momento no se conoce cura para el virus, que produce fiebre elevada, vómito, diarrea y sangramiento descontrolado. El paciente muere rápidamente. Se trasmite por contacto con la sangre, vómito o las heces del enfermo. Un médico Kent Brantly y la cooperante Nancy Writebol, infectado por el ébola en Liberia, fueron trasladados al hospital de Atlanta, EEUU, donde inmediatamente le aplicaron el suero ZMapp, que contiene la combinación de tres anticuerpos monoclonales que se unen al virus (Ébola) para que el sistema inmune pueda identificarlo y neutralizarlo.
Este fármaco es experimental y solo se ha aplicado a los monos, pero se desconoce sus efectos secundarios, según especialistas. Sin embargo, EEUU no ha utilizado ese suero para contrarrestar ese mal que "avanza más de prisa (en África) que nuestros esfuerzos por contenerlo", aseguró la directora de la OMS, Margaret Chan. Y lo peor de todo, es que los aldeanos africanos cuando ven llegar a su villas a una ambulancia de la Cruz Roja Internacional o a médicos norteamericanos y europeos, gritan desesperadamente:" ¡Ébola, Ébola!" Mientras esto sucede, aparece otra noticia sobre las luchas intestinas entre facciones en Libia, tras la muerte del Coronel Muammar el Qaddafi, donde los corresponsales extranjeros aseguran que la dictadura de Qaddafi dejó, hace tres años, al país sin instituciones que facilitaran una transición. Más bien surgió un "monstruoso Estado" en que los rebeldes, ayudados por Estados Unidos y otras potencias europeas, se pelean por el poder. En suma, no hay pausa para la paz mundial.
