HISTORIA DE NUESTRO TEATRO

Dos grandes obras en el teatro experimental

Llamarla minidrama (prefijo de moda), no sería justo porque no obstante su duración de escasos veinte minutos, La Puerta reúne los suficientes elementos, para hacer de ella una obra de gran calidad. Precisamente, aquel es uno de sus grandes méritos: sintetizar entre tan poco espacio de tiempo el conflicto pasional que culmina en la destrucción, por la incomprensión, del matrimonio de una joven pareja. A través de la puerta cerrada, (Ella dentro de la casa; él en la calle) los diálogos que ponen al descubierto el conflicto se va sucediendo, van creciendo en intensidad hasta desembocar en la apertura de la puerta que, negándose el principio a dejarse abrir por la llave que el marido introduce infructuosamente en la cerradura, se abre sola finalmente, (porque es simbólica, imaginaria).

Cuando ya es demasiado tarde, cuando ya no hay nada que hacer por aquel amor. El drama no es vulgar, ni procaz, ni erótico, aunque el autor insinúa sutilmente la calidad del conflicto, al poner en el escenario como único mueble la cama donde la esposa (Evelyn Martínez) ha esperado a su marido a lo largo de tres años de matrimonio. De hecho, la puerta nunca existió porque los actores desarrollan su diálogo cara a cara, a través de un solo marco de la puerta, aunque aparentan que los divide la hoja de madera. No es un drama corriente, no cabe duda. Y la conciencia de que el marco de la puerta, al que el esposo (Chuno Blandón) llega a ascender tres escalones, tenga una fea semejanza con la guillotina que voló tantas cabeza en la revolución francesa, contribuye a dejar, en quienes captaron ese detalle, la amarga visión del amor decapitado . Con La Puerta, Rolando Steiner, correcto empleador del idioma, se coloca definitivamente entre los primeros dramaturgos del país.

La otra cara de la moneda la noche del martes en el Teatro Experimental, fue la Chinfonía Burguesa. Toda la tensión, la angustia, la desazón que pudiera haber quedado en el espectador al apagarse las luces al finalizar La Puerta, se disipan como por encanto ante la sola visión del alegre escenario de la Chinfonía.

Obra producto de la visión del genio (y del geniecillo terriblemente picaresco y caustico) de José Coronel Urtecho y Joaquín Pasos, el paso del tiempo no ha hecho sino darle nuevo brillo. Y hoy con mayor razón, su sangrienta burla a la pequeña burguesía, permanece vigente, perfectamente ubicada.

De la Chinfonía, el público aplaudió esa noche la obra en sí, su rima loca, estrambótica, desquiciada, pero nunca cursi, ni cansona. Siempre certera, punzante, genial, con su alegre conclusión; la gorda muerte que no hace diferencia a nadie y que nos va a llevar a todos.

Porque hasta la muerte en la Chinfonía es una dama festiva y gorda, en confrontación con las quirinas tétricas y descarnadas de la tradición. Pero no hay que pasar por alto la actuación: Hugo Hernández Oviedo y Blanca Amador, estuvieron inmejorables en sus papeles de don Chombón y doña Chombona, así como Gloria Elena Espinoza, Socorro Bonilla Castellón y Salomón Morales como Fifí, Norberta y el Poeta. El resto del elenco, no obstante su papel secundario, realiza una encomiable labor.

(La Prensa, 10 de diciembre de 1972. Del archivo personal de la actriz Evelyn Martínez)

NOTA ACLARATORIA SOBRE CREACIÓN DE LA COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO

En reporte titulado "TNRD tendrá su compañía de teatro" me permito aclarar que a pedido de algunos de los actores que participamos en la obra "La Falda Pantalón" de Adolfo Calero Orozco y bajo la dirección de doña Socorro Bonilla Castellón en Mayo de 1972 para el estreno de la "Sala Experimental", solicitamos a la Primera Dama de la República de ese entonces, doña Hope Portocarrero de Somoza quien asistió al estreno (véase foto de doña Hope en primera fila con doña Pilar Aguirre), la necesidad de una Compañía Nacional de Teatro como fuente de trabajo para los actores de teatro, valga la redundancia.

Dos meses después fuimos convocados por la directora de ese entonces del TNRD para audición con el Sr. Luis Martínez Concepción, director de teatro y profesor del Actor's Studio de Nueva York quien dirigió "La Puerta" de Rolando Steiner con la técnica de "El Método" de Lee Strassberg y "La Chinfonía Burguesa" como revista al estilo Broadway (véase reparto del programa de mano y crítica de Anuar Hassan en La Prensa de Diciembre 10, 1972), presentándolas del 12 al 17 de Noviembre de 1972 con gran éxito en la Sala Experimental.

En los días posteriores, el Sr. Martínez escogió al elenco que actuaría en la obra de Federico García Lorca, "Bodas de Sangre", entre ellos doña Blanca Amador como "La Madre" y la suscrita como "La Novia"; solamente traería a un actor extranjero para personificar a "El Novio" y venirla a montar a partir de siguiente año en 1973 en la Sala Mayor del TNRD. Desafortunadamente, el proyecto fue frustrado por el terremoto del 23 de Diciembre de 1972 y gracias a Dios al director no le pasó nada a pesar de haber estado alojado en el Gran Hotel.

Es decir, que se concretó, se desarrolló por primera vez en Nicaragua la conformación de una compañía Nacional de Teatro en Noviembre de 1972 gracias a la gestión, por pedido nuestro, de la Primera Dama de la República, doña Hope Portocarrero de Somoza y ahora gracias a la gestión de nuestro gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional con el Presidente de la República, Cmdte. Daniel Ortega Saavedra.

¡Viva el teatro! ¡Vive el teatro!
Evelyn Martínez
Primera Actriz Nacional
"Orden Independencia Cultural Rubén Darío" y "Medalla de la Excelencia" – Sept. 2008