Rusia, joven y antigua
- Silvio Mora-
La Overtura Solemne 1812, de Peter Ilich Tchaikosvky, escrita para conmemorar la resistencia rusa, frente al avance de la Grande Armée de Napoleón Bonaparte, y que es reconocida por su final triunfal que incluye salvas de cañón y repiques de campanas, nos juntó con el amigo Nikolay Bábich, Embajador de le Federación de Rusia en Guatemala y la señora Valentina Bábich, para celebrar la Fiesta Nacional de Rusia… el país joven y antiguo a la vez.
Bábich, hombre alto y espigado -como lirio nacido en la nieve con el trigo y los renos-, es amable, sereno solícito, reflexivo y en paz con su bandera, color rojo con hoz y martillo color oro. El hotel con alfombra de color azafrán, donde fuimos invitados estaba lleno de diplomáticos, empresarios, militares, religiosos y políticos. Ninguno preocupado ni ansioso; "picaban" y tomaban vino tinto o blanco, estrechando la mano amiga de Nikolay.
Nuestro anfitrión no nos habló de super- hombres y super- mujeres ni de super- niños ni de super- ancianos para comenzar a levantar una ciudad de los escombros. Nos habló de seres humanos dispuestos a enfrentar el gran de-safío y levantar una Rusia surgida de los escombros del desplomazo de la Unión Soviética. "Fue como una fiesta joven de un país a la vez joven y muy antiguo", sostuvo el embajador.
"Una vez desintegrada la URSS- dijo Nikolay –Rusia atravesó una década de desafíos enormes en el plano económico, social, geopolítico, organizacional, espiritual y de identidad". Sin embargo, apenas el alba del nuevo siglo despuntó en la faz de la tierra, Rusia sintió vislumbrar las vías de su reacomodo, su toma de conciencia, su forma de ser en un mundo cambiante y lleno de retos descomunales.
El mundo en su giro infinito no duda de que se hizo estable el crecimiento económico, se consolidó la sociedad, reapareció el sentimiento de mancomunidad y solidaridad, vieron luz nueva empresas y nuevos impresos o sea libros, dieron luz a más hijos, se puso más orden y claridad, logró su arraigo el entusiasmo personal y nacional por planificar y construir.
Celebramos y aplaudimos que Rusia es una de las siete economías más grande del mundo, voz fuerte e independiente en la esfera internacional; una nación que construye y palpa su futuro. Cuánto agradecemos la invitación del compañero Nikolay Bábich para visitar Moscú y San Petesburgo, para viajar en el ferrocarril transiberiano, ver paisajes, montañas, llanuras, ríos, lagos profundos y limpios… "No necesitarán visa para hacerlo", dijo, causando risa y aplausos.
