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El departamento
de Jinotega

 

II Parte
Por José Rizo Cartellón


Nuestras continuas guerras fratricidas han contribuido a la desaparición de documentos que recojan con fidelidad la historia de Nicaragua. Tal vez por esa razón el Archivo Nacional de nuestro país es insignificante en relación a los documentos guardados, preservados y cuidados en otros países. Afortunadamente con la omnipresencia  de la Iglesia Católica y el respeto que se ha guardado a sus Templos y archivos, nos  ha permitido conocer trozos de nuestra historia nacional.

Por ello, la importancia de la visita que hiciera a nuestra región el Ilustrísimo Señor Obispo de la Diócesis, Don Pedro Agustín Morel de Santa Cruz en 1751 y que se refiere a Jinotega. Realizó en esa ocasión una crónica apostólica, topográfica, histórica y estadística de los variados pueblos visitados en el territorio nacional. Bajo esos criterios incluyó en su informe abundantes datos sobre Granada, Jinotepe, Masaya, Ometepe, Popoyapa, Potosí, Nagualapa, Managua, León, El Castillo, Juigalpa, Boaco, Matagalpa, Jinotega, Estelí, Segovia, Tepesomot (hoy Somoto) y Chinandega entre otros. El Obispo visitó prácticamente todo el territorio nacional, exceptuando a la Costa del Caribe por razones obvias de difícil acceso y además de jurisdicción eclesiástica. La descriptiva visita Apostólica concluyó en Santiago de León de los Caballeros, el 8 de septiembre de 1752, mediante un Informe Real enviado a Su Majestad Fernando VI, Rey de España.

Más datos sobre Jinotega:

Un 3 de mayo de 1752, el Obispo Morel de Santa Cruz llegó a Jinotega procedente de Matagalpa que distaba, según su crónica, "a 8 leguas, por camino fragoso de piedras y cuestas". Sigue describiendo a Jinotega en los siguientes términos:" Este pueblo que abunda en inconvenientes para establecer en él una residencia tranquila, tenía por asiento el rincón de una sabana llena de tristeza y monte, incomodado de los vientos y frío de la montaña, que estaba como a dos cuadras. Servía de Iglesia una casa de pajas con tres divisiones en forma de naves lóbregas, estrechas y bastantes indecentes como lo era también la sacristía y el único altar destinado a la celebración de la Misa y las solemnidades religiosas, con imagen de San Juan, que es el patrón y titular". (Titular le llamaban los religiosos al "Santo Patrón" de cada pueblo que servía de justificación para celebrar las fiestas— a veces paganas— en su honor). Según los datos arrojados por el Obispo, contaba Jinotega para ese entonces con 50 casas, habitadas por indios y ladinos, 129 familias y 643 personas.

Como se expresa el Obispo en su crónica acerca de la proximidad de Jinotega a la montaña, hay quienes piensan con algunos argumentos, que el asiento primitivo de este pueblo fue el Valle de Jocomico. Otros opinan que La Tejera o también al caserío de Liginaguina, ubicado en la parte norte de lo que hoy es la ciudad de Jinotega y que tenía el atractivo de estar rodeado de ríos como El Viejo y Ducualí

Continuará...

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