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Mujica de Uruguay: entre
el poder y la honradez


Por Denis García Salinas/Desde Mi Ventana

Son pocos los hombres y mujeres que no caen bajo el sopor irresistible del poder. Nadie puede negar que el poder te hace perder la cordura, el balance y la objetividad. Y te hace creer un genio. El poder, que nace desde el hogar, destruye al verdadero hombre. Lo enloquece, aunque no lo admita. Eso le hace gritar, blasfemar, herir, humillar, insultar, dominar, sojuzgar y, en el peor de los casos, ordenar matanzas y crímenes. Eso me evoca a Hitler; Stalin; Idi Amin, de Uganda; Iván el Terrible; Leopoldo II de Bélgica; Atila el Huno, Robert Mugabe; Saddam Hussein, entre otros. No obstante, hay siempre sus excepciones. Hombres sensatos que no son doblegados por el poder. Hoy quiero referirme a uno de esos casos. Un periódico mexicano publicó una noticia servida por una agencia extranjera sobre el supuesto crecimiento del patrimonio del ex presidente de Uruguay José Mujica. Leo la información y en vez de causarme escozor por un presunto caso de corrupción, más bien me provoca hilaridad. El periódico REFORMA, del Distrito Federal, informó que Mujica aumentó su patrimonio en un 92 por ciento entre 2012 y 2015, durante su Gobierno, según su última declaración jurada ante la Junta de Transparencia y Ética Pública (JUTEP). La nota dice que el patrimonio neto de Mujica, que dejó la presidencia el primero de marzo, pasó de 154 mil 522 dólares a 296 mil 950 dólares. Es decir, su "fortuna" creció apenas 142 mil 428 dólares. ¡Habrase visto!

Cómo es posible que REFORMA publique semejante sandez? Quizás esa cifra de un poco más de 142 mil dólares puede ser una gran fortuna para gente que vive con dos dólares diarios en cualquier rincón del mundo. Para más del 80 por ciento de nicaragüenses esa cifra es también una verdadera fortuna. Sería interesante que esas encuestadoras indaguen entre la gente de a pie cuánto dinero tiene en el banco o debajo del colchón de su cama y dejar de estar patinando en esos temas trillados de la política nacional. O pregúntenles a muchos profesionales de la empobrecida clase media cuánta plata tiene en alguna institución bancaria. Uno se pregunta por qué REFORMA no investiga los casos de corrupción que ocurren a diario entre los funcionarios públicos mexicanos o escarba en los excrementos de la corrupción de ese país tan desdichado por la clase política. Allí muchos sindicalistas amasaron grandes fortunas y poder contemplados por el poder.

En ese México bárbaro, alcaldes de miserables municipios, y diputados, gobernadores así como ministros han salido con fortunas millonarias envidiables, que convierten a Mujica de Uruguay en un mendigo. Recientemente, leí en la prensa internacional que el Gobierno de México ha castigado (¿?) por corrupción a por lo menos 101 funcionarios de 11 instituciones públicas federales en los últimos dos años. A estos corruptos se les ha impuesto sanciones por más de 22 millones de dólares. Sin embargo, hasta la fecha nadie ha pagado un céntimo. Así es México, un país maravilloso convertido en una nación de bandidos, narcotraficantes y asesinos. La Secretaría de la Función Pública de México investiga a más de 80 casos para prevenir el desvío de recursos, el tráfico de influencia o el conflicto de intereses. Hasta el presidente de México Enrique Peña Nieto no se escapa de la vorágine de la corrupción. Él se ha visto salpicado por la compra de una mansión, construida por una empresa constructora beneficiada en una licitación del Estado cuando él era gobernador, según los medios de comunicación.

México causa escalofríos y pesar. Ese México tan lindo y bravío se hundió en el fango de la corrupción. Esa nación, tan cerca de EE.UU y tan lejos de Dios, ha sido clasificada como la más corrupta de América Latina, un lugar que también comparte con Argentina, según el Barómetro Global de  Corrupción de Transparencia Internacional. Entre los diez hombres y mujeres con poder más corruptos destacan: Elba Esther Gordillo: La ex dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), acusada de malversar 200 millones de dólares. Actualmente, la maestra se encuentra encarcelada y con un proceso que continúa abierto. Carlos Romero Deschamps, líder del Sindicato Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) está envuelto en sospechas por tráfico de influencias y enriquecimiento personal. Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, pasó 10 años en la cárcel por una acusación de homicidio, pero fue absuelto en 2005. Además, un juez mexicano lo exoneró de los cargos por enriquecimiento ilícito. Se le regresaron todos sus bienes. Andrés Granier Melo, ex gobernador de Tabasco, detenido en 2013 por cargos de corrupción, malversación de fondos, evasión de impuestos y lavado de dinero, se jactaba de poseer 400 pares de zapatos, 300 trajes y 1,000 camisas, compradas en Nueva York y Los Angeles, en un país donde millones de pobres andan con zapatos viejos y en harapos. Otros corruptos como Tomás Yarrington, ex gobernador de Tamaulipas, ha sido acusado de recibir sobornos del Cartel del Golfo. El Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, amasó una fortuna de 35 mil millones de pesos mexicanos. Alejandra Sota, ex vocera del ex presidente Felipe Calderón, investigada por la presunta malversación de fondos y tráfico de influencias. También podríamos citar a presidentes corruptos de África como Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial, a Robert Mugabe, uno de los líderes más antiguos de Zimbabwe, y otros pero este artículo es insuficiente para enumerar la larga lista.

Entonces, uno se pregunta si se podrá tachar a Mujica de salir de la Presidencia con una gran fortuna, cuando en México y países africanos vacían las arcas públicas. La respuesta es, por supuesto, un rotundo no. Este hombre José Mujica ganó popularidad mundial al conocerse que él se trasladaba a su despacho presidencial en su vehículo Volkswagen (en alemán 'automóvil del pueblo'). El poder no mareó a Mujica como a otros que se envilecieron o muchos de nosotros que aunque no hemos saboreado ese néctar del poder, creo que cae-ríamos también adormecidos por esa planta del mal. Mujica, un extraño ex guerrillero, donaba gran parte de su salario mensual a gentes menesterosas. En suma, él es un hombre excepcional y admirado en el mundo.

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