MAURICIO RAYO,
DE LA LITERATURA A LA PINTURA
Presentación
Mauricio Rayo Arosteguí, que además de escritor, es artista plástico, odontólogo y abogado. Nació en 1962 en la comarca Pueblo Viejo del municipio San Ramón, departamento de Matagalpa. Se traslada a Estelí donde permanece hasta cuando, tiene que emigrar a la ciudad de León, como muchísimos jóvenes de Nicaragua, con el propósito de realizar estudios universitarios. Ahí se establece y toma participación activa en la vida cultural y literaria de dicha ciudad. De manera que, en Rayo tenemos una mezcla vital septentrional-segoviana occidental, pero sin duda, su formación literaria se la debe a la cuna de Rubén Darío.
CUENTO
LA QUIRINA
Yo he visto a la cianótica muerte deambular por mi cama, y no es huesuda como dicen, viste traje negro y hasta tiene cara de mujer. Algunas veces se introduce por las cuencas de los ojos para verte por dentro, para robarte algo escondido entre tus huesos, porque de vez en cuando o muchas veces, o mejor dicho la mayoría de las veces, no te lleva completo, sino por partes, por pedazos.
A menudo le gusta jugar, sonríe, corre con vos, te abraza, te empuja, de pronto frunce el ceño, su rostro se vuelve serio y luego otra vez ríe a carcajadas, te observa detenidamente y te dice: "sigamos jugando". Con sus actitudes te da confianza, hasta podéis darle cachetadas y no se enoja, pero la duda te estremece y juegas, pero con cautela. Me contaba la muerte que una vez se enamoró de alguien y él también correspondió al deseo, hasta habían decidido casarse. Claro, el novio quería vivir eternamente al casarse con ella porque la muerte nunca muere, todos mueren para que ésta siga viviendo. Pero no pueden existir dos muertes, por tal razón, él decidió morir y ella lo visita en sueños, en sus ratos libres.
Yo le pregunté que por qué no se moría y ella contestó:
- Algún día, porque yo estoy labrando mi propia tumba.
- ¿Cómo es eso? - le dije.
- Porque yo me llevo nada más las almas vivas de los muertos, los cuerpos quedan en la tierra hechos polvo, como abono de las flores blancas. Algún día, las almas se juntarán todas, hasta formar una sola, enorme, para destruirme y ya nadie podrá morirse. La muerte estuvo un rato pensando, con las manos cubriéndose la cara, levantó la vista blanca lentamente y mientras traspasaba las paredes del cuarto me decía:
- Cuídense; algunas veces, muchas veces o mejor dicho, en la mayoría de las veces, viajo en paracaídas, por eso, caigo donde no debiera caer.
POESÍA
Desamor
Mi amor se desvanece, se esconde
compungido miedoso bajo un recuerdo en brumas
En ocasiones se retuerce en
muecas alegóricas a la desesperanza
Presurosa llega la indiferencia,
silenciosadesconfiada,
tacaña y venenosa
Ya nada importa, ni siquiera las caricias
el juramento, el jolgorio, los cimientos
La mortaja cubre por completo su estructura
Mi amor se disuelve… agoniza
Solo la niebla en mis carnes putrefactas
adosa sus garfios para herirme… duele.
La vida aún persiste, me invita a
caminarsobre la hierba blanca y los pies
descalzosme ciega la idea naciente entre
neuronas "Comenzar de nuevo, escribir
otra historia"
