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VIDA Y EXITO (III Parte)

Creadores de Riqueza en Centroamerica y Panamá

(5ta. Entrega)

Por Roberto J. Argüello / jarguello@ceoadvisors.us


"Frío con f de Fogel"

Y es que, a los pocos días de haber ingresado a Managua con el Frene Sandinista de Liberación Nacional, Federico se decepcionó al ver que la revolución –que él esperaba que trajera la democracia a Nicaragua- sería abortada y copada por un régimen marxista que se convertiría en una nueva dictadura para los nicaragüenses.

Federico abandonó la revolución para retomar sus estudios en la Universidad de Notre Dame.

Con el enorme dolor de la muerte de su hijo Juan Carlos –que jamás ha superado-, don Jacobo y su hijo mayor, del mismo nombre, vuelven a Nicaragua a finales de 1979 para reactivar la fábrica Fogel.

Jacobo padre de Jacobo hijo encuentran un ambiente totalmente hostil a la empresa privada, que culmina en una intervención de Fogel por parte de los sandinistas bajo el argumento de una descapitalización.

Un nuevo comienzo

Debido a esta situación, don Jacobo se vio obligado a salir del país y establecerse en Guatemala.

Decidió irse a Guatemala para comenzar de nuevo una pequeña fábrica con el apoyo de su primogénito, quien se había graduado recientemente de máster en administración de Negocios del Incae, en 1981.

Ambos, sin conocer a nadie más que sus clientes en Guatemala (Cervecería Centro Americana y Cabcorp), optaron por escoger ese país para arrancar de nuevo, al ser el mercado más grande de Centroamérica.

El nuevo comienzo fue humilde y difícil. La fábrica arrancó en un local pequeño en la Zona 4 de la Ciudad de Guatemala, que anteriormente había sido un taller de reparación de vehículos.

Como oficina, se acondicionó un viejo contenedor. Trajeron maquinaria usada de Fogel Estados Unidos y contrataron a diez empleados. El señor William Fogel, a pesar de haber perdido su inversión en Nicaragua, sostuvo la confianza en don Jacobo y le aportó capital para empezar modestamente la nueva fábrica.

En los 80, Guatemala y El Salvador atravesaban una guerra. La situación económica era muy difícil para un novedoso negocio industrial, que empezaba en otro país y trataba de operar en circunstancias muy adversas, sin contactos de apoyo, alta inflación y una severa escasez de divisas que desembocó en serias devaluaciones y mercados deprimidos.
Para hacer la realidad aún más dura, el crédito bancario estaba seriamente limitado por los problemas macroeconómicos y por ser Fogel una compañía desconocida para los bancos y que no tenía garantías que ofrecer.

A pesar de las dificultades, con mucho trabajo, dedicación, aceptación de clientes y limitado apoyo de algunos bancos, la empresa empezó a crecer mediante las exportaciones a los países vecinos, sobre todo El Salvador y Honduras, donde la marca Fogel ya tenía buena reputación por su calidad.

En pláticas con mi tío Jacobo, este me decía que el exilio es el mayor incentivo para el trabajo duro y mantener la unión familiar. Las vicisitudes unen a la familia y es un gran aliciente para resolver problemas y encontrar la senda del éxito.

Unos años después, a mediados de los 80, Federico, el hijo menor, se gradúa en Ingeniería Mecánica en la Universidad de Notre Dame y obtiene después un MBA en el Incae, al igual que su hermano Jacobo, y se une al equipo de trabajo.

CON EL MERCADO COMÚN CENTROAMERICANO (MCCA) SE ABRIERON LAS CONDICIONES PARA LA PRIMERA FASE DE INDUSTRIALIZACIÓN

Federico, vicepresidente de Operaciones e Ingeniería, llegó a ser un apoyo fundamental en el área técnica, al asumir funciones de ingeniería de producto y procesos de producción, mientras que su hermano Jacobo, presidente ejecutivo, estaba a cargo del área administrativa y comercial. Ambos se complementan y apoyan mutuamente con la meta de hacer crecer la empresa.

Durante los años 90, la firma se consolida y empieza a exportar a nuevos mercados: los países suramericanos y Estados Unidos.

Actualmente, la participación de la familia en la empresa ha continuado, con la incorporación de miembros de la tercera generación: cinco nietos de don Jacobo. El primero es Federico Barquero Tefel, vicepresidente de Comercialización; Juan Carlos Tefel del Carmen, gerente general de Fogel de Centroamérica; Carlos Alberto Barquero Tefel, gerente de Servicios al cliente; Donald Arana Tefel, gerente de Compras Internacionales, y Jacobo Gabriel Tefel Urcuyo, en la División de Ingeniería de Productos. Todos ellos, egresados de prominentes universidades norteamericanas.

Han pasado 33 años desde la llegada de la empresa a Guatemala y hoy Fogel está formada por 1,200 colaboradores, una fábrica en Guatemala y otra fundada, en el 2007, en Colombia.

Esta compañía pionera cuenta con nuevas operaciones propias de servicio y distribución en ocho países y exporta a 48 más, incluyendo nuevos mercados exóticos, como los de India, África y Europa, entre otros.

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