Los creadores de riqueza vieron que al incorporarse millones de mujeres a la fuerza laboral, muchas tenían la necesidad de alimentar a sus hijos de forma diferente, y pasaron de la leche materna a las fórmulas para bebés. Entendieron que la comida es el mayor costo de una familia de bajos recursos y que, al incrementarse el ingreso disponible, la demanda de esta crecería también exponencialmente. Algunos estaban al tanto de estudios de la época (1980-1990) que indicaban que cuando los ingresos disponibles de una familia exceden los US$1,200 al año, el uso de la refrigeración se incrementa rápidamente, y esto, a su vez, hace que aumente por más de diez la demanda de productos que necesitan de aquella, como leche, mantequilla, quesos y yogur. Se percataron de que al acrecentarse los ingresos por familia, habría también un enorme efecto en la venta de productos como automóviles y máquinas de limpieza y aires acondicionados para el hogar.
Vieron que los costos de comunicación se venían desplomando en el mundo ya que la tecnología en los países estaba cambiando a tal velocidad que en muy poco tiempo se depreciaban las plataformas de comunicación. Mientras que en Estados Unidos las compañías telefónicas invertían enormes sumas en cobre, fibra óptica y costosos sistemas de comunicación, varios empresarios aprovecharon esto y lograron que la mayoría de los segmentos de la población de la región pasaran de no tener teléfono a disponer de celulares. Quienes invirtieron en comunicaciones telefónicas ayudaron a crear una enorme riqueza en la población de menores recursos, ya que les permitió a millones de personas tener constantemente información real al momento, lo cual creó una enorme cantidad de microempresarios. Estos al mantenerse comunicados tenían ahora accesibilidad para verificar precios ya sea para vender sus productos a una mayor utilidad o reducir gastos, disminuyendo así costos. A los creadores de riqueza les fue evidente que al subir los ingresos de la población, esta buscaría cómo comer mejor y divertirse, lo que permitió el ingreso y explosión de grandes cadenas de restaurantes en toda la región, así como la proliferación de cadenas de cines. Se beneficiaron grandes compañías de franquicias de restaurantes de Estados Unidos como McDonald's, Burger King, Pizza Hut, Taco Bell, Little Cesar, Denny's, Wendy's, Popeyes, Hooters, Chili's y Dunkin Donuts, y cadenas centroamericanas, como Pollo Campero de Guatemala y Biggest de El Salvador. El éxito de todas estas cadenas de comida rápida se explica porque la población de recursos medios y medios bajos busca, además de comer bien, alegría y entretenimiento para sus niños, así como encontrar tiempo de calidad para la familia reuniéndola en un lugar donde pueden pasar un rato agradable con aire acondicionado, en lugar de estar en casas pequeñas sin salas ni aire acondicionado. Continuará...
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