Ortega, imbatible, y la oposición en su soledad

Por Denis García Salinas/ Desde Mi Ventana

El Presidente Daniel Ortega tiene despejado el camino hacia su reelección presidencial si la oposición continúa de-sorientada y devorándose entre ella. Queda poco tiempo para ese gran evento (2016). En ese interregno puede pasar muchas cosas en el país. Hasta el momento nadie atisba la aparición de un líder carismático que estremezca a los sandinistas. Además, la aplaudida gestión del Gobierno es un golpe para las aspiraciones de esa oposición que toda junta apenas llega a un poco más del 8 por ciento de simpatía popular, según la encuesta de M&R. El Gobierno está confiado en sus éxitos macroeconómicos y sus triunfales programas Hambre Cero, Techos para el Pueblo, sus parques de Diversión y su gran megaproyecto del Gran Canal Interoceánico, que podría hundir para siempre a la oposición en una laberíntica soledad.

La desilusión

Ortega sabe muy bien que no tiene ningún contendiente que ponga en peligro su estadía en el poder. A veces algunos preguntan cuándo dejará el poder Ortega. Hace unos meses un periodista insistía que la caída de Ortega estaba próxima. Cuán equivocado estaba. Pero poco a poco ha llegado a comprender que la vida de este gobierno es longeva.  Hay muchos factores que favorecen su larga estancia en el poder. En primer lugar, la gente de a pie está desilusionada de la clase política. Muchos de los políticos de los antiguos regímenes se hundieron en el olvido, otros se acomodaron y los pocos están disfrutando de un puesto en  los poderes del Estado mientras dure su periodo al cual fueron electos.

De los olvidados están algunos miembros del Partido Social Cristiano, considerados muy hábiles en la negociación política. Otros de ellos todavía disfrutan de un cargo de elección popular o en una institución gubernamental. Entre los miembros del PLC hubo una dispersión. Unos abandonaron el país, otros se beneficiaron con propiedades y unos pocos se largaron a sus fincas en el norte del país a escribir algún libro.  El resto se ignora su suerte. Entre los que sobreviven en un cargo (Asamblea Nacional) se recriminan sus ambiciones de poder. Un ejemplo de esa situación es Wilfredo Navarro, diputado electo por el PLC, pero ahora atravesando una confrontación con sus colegas liberales que lo acusan de arrimarse al poder.

Su desgracia en el partido culminó cuando Navarro votó disciplinadamente por las reformas constitucionales, junto a los diputados del FSLN, partido en el poder. Sus correligionarios aseguran que Navarro aspira un cargo en la Corte Suprema de Justicia. No obstante, él se apresura a desmentir a sus colegas, diciendo que él es un político y no necesita una magistratura, sueño de todo abogado de entrar al Poder Judicial.

El mejor momento de su vida

Indiscutiblemente, Ortega está viviendo su gran momento. Tal vez el mejor. Hizo las paces con los empresarios  al extremo que escucha más  los reclamos de empresarios que a la de-sahuciada clase opositora. Cuando el Gobierno anunció el cambio de horario en el Estado, los empresarios criticaron la medida porque perjudica el país. Inmediatamente, el Gobierno de-sistió de su disposición.

El diálogo entre el Gobierno y los empresarios ha dado resultados fructíferos. Los empresarios también han sido incluidos en juntas directivas del aparato estatal. Cuando el presidente Daniel Ortega anunció la construcción del Gran Canal Interoceánico por Nicaragua los empresarios, muy eufóricos, aplaudieron el proyecto, que significará no solo la multiplicación de empleos, sino también su gran oportunidad de participar en esa mega-empresa.

El presidente de la Cámara  Nicaragüense de la Construcción, Benjamín Lanzas, no ocultó su gozo al afirmar que 14 empresas nacionales vinculadas al sector de la construcción, crearon  el "Gran Consorcio Nacional", que aglutinará toda la mano de obra disponible para esa gran empresa. Incluso dijo que  la empresa Nicaragua MachineryCompany instaló  una escuela técnica de capacitación de operadores de maquinaria de gran calado. Por otra parta, el FMI y el BM, alaban la buena salud de la macroeconomía del país y el manejo certero de la economía y las finanzas.

Ortega imbatible

En cambio, la oposición y un diario local recriminan al Gobierno por  la instauración de una dictadura familiar. Esos grupúsculos han empezado a cuestionar las elecciones en el Caribe, cuya campaña electoral empezó el miércoles 15 de enero. Desde ya, están gritando fraude. Los opositores insisten en la creación de un Instituto de Cedulación y exigen la salida del Presidente del Consejo Supremo Electoral, Roberto Rivas, porque consideran que no es transparente a la hora de contar los votos. Por esa razón, ellos arguyen que el fraude está preparado. Los analistas estiman que actualmente la oposición carece de un auténtico líder para competir con los sandinistas.  

El empresario Roberto Bendaña quiso generar un movimiento a su favor dentro del PLI, que lidera Eduardo Montealegre.  Bendaña creía que era posible apartar a Montealegre y  él erigirse en el máximo líder y candidato presidencial. Sin embargo, su suerte se complicó cuando un fiscal los acusó junto a Alvaro Montealegre y Hugo Paguaga por estafa, fraude y crimen organizado. Los tres fueron señalados de estafar a las monjas teresianas y otras personas. Allí empezó su desgracia. Bendaña, tratado con indulgencia por el poder judicial, se desesperó cuando un juez le dio arresto domiciliar. El, que negaba insistentemente ser culpable de la estafa, decidió violar la medida cautelar y huyó del país, alegando que no creía en la justicia. De esa forma, Bendaña quedaba fuera del juego electoral.

Los opositores están sin líderes y devastados por sus propios errores, como lo admite Eliseo Núñez Morales, de 41 años.   El diputado Núñez Morales lo grafica perfectamente: "Estamos en un barco que naufragó y en lugar de ver cómo nos juntamos los siete, ocho o diez que quedamos para ver cómo llegamos a la isla, andamos viendo como le quitamos la tabla al otro para no hundirnos nosotros y que se hunda el otro".  Ellos están clara que si en estos tres años no articulan una oposición, Ortega, según la última encuesta de M&R, que cuentan con la simpatía de más de la mitad de la población del país, se mantendría en la silla presidencial. En suma, Ortega perdurará en el poder hasta que el pueblo decida lo contrario. Mientras tanto, el Señor Presidente permanece imbatible.