Alejandro Dávila Bolaños: Un sabio chorotega en la era del martirio

-I de IV - Por Orient Bolívar Juárez

Sin duda alguna, hablar del "güegüe" Dávila Bolaños, (19221979), es hablar de un viejo sabio, descendiente por línea paterna, como él mismo decía, de indios mangues o chorotegas, conocedor como pocos en Nicaragua, de nuestras raíces ancestrales. Prácticamente consagró lo mejor de su vida a auscultar profundamente nuestro misterioso pasado aborigen, la "remota esencia" como le llamó Jorge Eduardo Arellano, para luego revelarnos, desde una óptica eminentemente indigenista y nicaragüense, todo el esplendor de nuestra cultura precolombina, la cual es, como él mismo pensaba, el "pedestal sobre el cual descansa nuestra nacionalidad nicaragüense y del cual debemos sentirnos muy orgullosos.
De lo anterior dan testimonio elocuentemente sus valiosísimas obras, muchas de ellas únicas en su género y, aunque parezca paradójico, muy poco conocidas y estudiadas en nuestro país, tales son entre otras las siguientes: Índice Semántico de la Mitología Nicaragüense, Semántica Náhuatl de los Nombres Geográficos de Nicaragua, Semántica Náhuatl de la Flora y Fauna de Nicaragua, Los Maribios-Chontales de León; Biografía de un Cacique: Diriangén; La Medicina Indígena Pre-colombina de Nicaragua; Los Dioses Nahuas de Nicaragua; Los Calendarios Indígenas de Nicaragua; Diccionario Náhuatl de Nicaragua. Además hizo una interesante traducción del original en náhuatl-castellano del Güegüense al español actual, así mismo escribió otras obras como: Darío Rojo; Gesta Vida (que es una colección de escritos); ¿Por qué Soy Progresista? Sinopsis Histórica de la ciudad de Estelí y, El Interrogatorio, que fue uno de sus últimos escritos.

Igualmente fue el autor de una importante obra poética que en determinado momento él personalmente llegó a considerar impublicable por su carácter de denuncia; sin embargo, varios de sus poemas llegaron a salir a luz pública como el magistral poema "Las campesinas del Cuá" y otros que están publicados fragmentariamente en diversas revistas y suplementos literarios, más no todas sus obras lograron salir publicadas, pues dejó muchos e importantes trabajos inéditos. Realmente toda la vasta obra de Dávila Bolaños es asombrosa y trascendental en la historia literaria de Nicaragua, no sólo por sus apreciables aportes al conocimiento, tanto de nuestros orígenes, como del legado cultural de nuestros antepasados: sino también por haber sido creada por un reconocido intelectual comunista de Nicaragua en los tiempos de la dinastía somocista, que fue la era del martirio en nuestro país, toda una hazaña intelectual, máxime si se toma en cuenta que Dávila Bolaños casi desde los mismos inicios de su militancia política, estuvo en la mira fatídica del somocismo, habiendo conocido sus cárceles desde la edad de 18 años, cuando ya militaba en el Frente Antifascista2. El solo hecho de ser de ideología comunista lo convertía en un peligroso enemigo del régimen, razón por la cual siempre estuvo vigilado, acechado, sentenciado y en esas estrictas condiciones le tocó vivir, trabajar y cincelar su monumental obra.

Siendo apenas un entusiasta y apasionado joven de 22 años comenzó a destacarse políticamente en manifestaciones estudiantiles universitarias, como la del 26 de junio de 1944, en Managua, en la que fue uno de los más fervorosos oradores junto con Luis Andara Úbeda, Guillermo Sánchez y Fernando Agüero: por esa misma época integró también una de las primeras células de estudiantes socialistas junto con Mario Flores Ortiz, Fernando Centeno Zapata y Dagoberto Palacios.

De manera que desde muy joven, Dávila Bolaños se definió políticamente como un marxista-leninista y aunque siempre proclamó que su método de lucha era la vía cívica, el enemigo siempre lo tuvo como un gran conspirador; para Somoza era "el primer agitador de Estelí"; quizás las máximas agravantes ante el somocismo hayan sido su viaje a Cuba a una asamblea de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) y su posterior viaje clandestino -por razones obvias- a Rusia. El regreso de cada una de estas giras significó para él un calvario de cárcel y torturas y quedar fi chado perpetuamente como un elemento "altamente peligroso" para la seguridad del Estado somocista y más "colorado" aún, por ser un intelectual, pues ello constituía también por aquella época, una especie de "delito político" imperdonable. Más a pesar de todas estas difíciles circunstancias, derivadas de su militancia política, en un país de férrea dictadura militar, Dávila Bolaños supo ser, además de "Camarada", un insigne investigador. Su viaje a México y los estudios realizados en el país azteca fueron determinantes en lo que sería su más abnegada devoción: el estudio sistemático y constante de nuestras culturas precolombinas.

Tras graduarse de médico se trasladó inicialmente al Jícaro, Nueva Segovia, a prestar su servicio social y de ahí, al cabo de un tiempo, se radicó en Estelí como médico por el año 1947. Y en esa ciudad segoviana que lo acogió como el más ilustre de sus hijos, hizo todas sus investigaciones y publicó todo lo que pudo, sólo con la ayuda de su esposa, "la mama", Merceditas Rodríguez de Dávila, de su hija Karelia y de algunos amigos que colaboraron con él, unos en la corrección de pruebas, como el Dr. Braulio Lanuza Castellón y otros, haciendo todas sus ilustraciones como Bayardo Gámez Montenegro y Toño Rodríguez e inclusive, todas sus obras publicadas fueron financiadas en su mayor parte y con no pocas limitaciones, por él mismo, razón por la cual, algunas de sus investigaciones las sacó mimeografiadas personalmente y otras impresas en las imprentas locales con tirajes muy reducidos, habiendo sido el de mayor cantidad –1000 ejemplares- el Índice de la Mitología Nicaragüense; la Medicina Pre-colombina, una de sus obras más importantes, fue sólo de 500 ejemplares debidamente numerados, siendo ésta la causa principal de la limitada difusión que ha tenido su obra en Nicaragua hasta hoy en día.