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Miércoles 21 de Septiembre del 2011 Edición No.5053
Ediciones Septiembre

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AL BOLSAZO
AGIGANTADO.-Frente al falso patriotismo de hoy, se ve el héroe y mártir Rigoberto López  Pérez, el poeta con alma de guerrillero que ajustició al dictador Anastasio Somoza aquel 21 de septiembre de 1956, y nos abrió espacio para el despertar de un país, darle forma y fondo a un proceso revolucionario, y desembocar en el derrumbamiento de ese sistema. Un día como hoy hace 49 años, Rigoberto no dijo que moría por la patria, sólo murió, en un acto heroico, tratando de contribuir a la búsqueda de una patria libre...En un alarde de agallas, bañado de patriotismo, su mano justiciera, nos quitó de encima a un Somoza, el fabricante de la dinastía, el hijo de la maceta del imperio, un tenebroso y sanguinario filibustero criollo...Esa noche el pais se sintió más liviano y las esperanzas de llegar algún día, a un amanecer, crecieron bruscamente...Por unos momentos, el pais se sintió liberado con un Somoza menos, aunque desgraciadamente, la rueda de una revolución tan apreciada, giró hacia el aburguesamiento y el abuso del poder, colocando nuestras espaldas debajo de un rodillo implacable…Y pensar que Rigoberto ni siquiera pidió un palmo de tierra para su sepultura.

CAMUFLADO.-El patriota tenía corazón de lis y alma de querube. Un poeta, aparentemente inofensivo, Rigoberto López habia nacido en 1929 en la brava ciudad de León... Cuenta la leyenda que su padre Francisco Pérez, abondonó a su madre Soledad López con pocos meses de embarazo...¿Que mejor forma de entender y graficar las necesidades de un pueblo y su dramatismo, que manejando la poesía?. No fue Rubén quien nos advirtió sobre el temible invasor, quién nos mostró los motivos del lobo, y nos explicó ampliamente sobre la fatalidad...En 1956, en el escenario del Club de Obreros de León, con Somoza bailando y festejando después de la Gran Convención, no era el momento de utilizar una piedra como Andrés, sino un revólver, con balas bien preparadas y pulso firme.

SOLO UNA MAS.-Doña Salvadora, la esposa del tirano, con ese sexto sentido que tienen las mujeres, le dijo que no bailara más, que sería bueno regresar temprano a Managua, que estaba bueno ya...Pero Somoza, que se sentía el dueño del pais y del destino de cada nicaraguense, decidió que bailaría la última pieza...Jefe, nos vamos, le dijo uno de sus hombres de seguridad. "Sólo una más", respondió... Ciertamente nadie es dueño del próximo instante, ni siquiera los tiranos, y de acuerdo con Diógenes "estaba escrito" que Somoza no volvería a bailar...De regreso a su mesa, Somoza y su esposa revisan unos periódicos que le muestran mientras el que baila y se acerca es Rigoberto...El ritmo de Pérez Prado ha sido siempre contagioso, y Rigoberto se movía danzando buscando tenerlo a tiro sin que nadie se percatara.

MUERE PILLO, MUERE.-Relata Agustín Torres Lazo en su libro, que era un revólver con tambor de cinco tiros, que Rigoberto se subió la guayabera, sacó el arma con la mano derecha, se acuclilló ligeramente, apoyó el brazo armado sobre la muñeca izquierda, abrió las piernas buscando el ángulo apropiado, y ante el asombro de medio mundo, apretó el gatilló cinco veces haciendo sonar el despertador en los cuatro puntos cardinales de un pais oprimido..."¡Bruto!", gritó Somoza y agregó "!Ay Dios Mio!", como si en algún momento, durante toda su etapa de vandalismo, se hubiera acordado que Dios existe.

"SI ES EL POETA".-Naturalmente, el pánico los atrapo a todos instantáneamente. Rafael Corrales, el mismo que le mostraba los periódicos a Tacho, fue quien dijo al reconocer al héroe: "!Si es el poeta López!"...Un culatazo derriba a Rigoberto y el sargento Pedro Gutiérrez es quien le dispara en la cabeza...Luego, con todos tirándose al piso buscando como viajar al centro de la tierra, "los pandilleros" del asesino de tantos, vaciaron sus armas...De inmediato, todos fueron considerados sospechosos mientras comenzaba la cuenta regresiva para Somoza...Uno cree que el tirano debe haber muerto pensando: "nunca te confíes de un poeta bailando un mambo, que puede andar armado".

AQUI YACE.- Eduardo Galeano, autor de Las Venas Abiertas de America Latina, escribió lo siguiente sobre el hecho: En plena fiesta, Rigoberto López Pérez, poeta, dueño de nada, voltea de cuatro balazos al dueño de todo...Un avión norteamericano se lleva al moribundo Tacho Somoza a un hospital norteamericano, en la zona norteamericana del canal de Panamá, y en lecho norteamericano muere. Después lo entierran en Nicaragua, con honores de Príncipe de la Iglesia...Somoza llevaba veinte años en el poder. Cada seis años levantaba por un día el estado de sitio y celebraba elecciones que lo confirmaban en el trono. Luís, el hijo mayor, el heredero, es ahora el hombre más rico y poderosos de América Central. El presidente Eisenhower lo felicita desde Washington... Luís Somoza se inclina ante la estatua de su padre, héroe de bronce que galopa, inmóvil, en pleno centro de Managua. A la sombra de las patas del caballo, pide consejo al fundador de la dinastía, guía del buen gobierno, multiplicador de cárceles y negocios; y después cubre de flores su tumba monumental... Burlando la vigilancia de la guardia de honor, la mano de alguien, mano de todos, ha garabateado de apuro este epitafio sobre el mármol de la tumba: Aquí yace Somoza, algo mas podrido que en vida.
Edgard Tijerino