Bueno, llegamos, estaban las fogatas, las de humo, y comenzamos a tirar los sacos. Eso fue exactamente el 17 de junio, amanecer del 17 de junio. La Comandante Mónica Baltodano, que estaba en la resistencia aquí, puede dar fe de si les sirvieron o no les sirvieron.
Mónica: ¡Sin duda! Modesto, si no, no hubiéramos podido llegar resistiendo hasta el 27, que se dio el repliegue. Recuerdo que pedíamos sobre todo municiones para los combatientes populares, que eran los primeros a quienes se les terminaron, tiros 22, de escopetas, y también de FAL, de carabinas. Aunque muchas no nos sirvieron porque cayeron aplastadas, ya que algunos de los tenamastes se rompieron antes de caer.
Modesto: Lo que pasa es que la protección que traían era poroplast ¡nada más! Entonces, hicimos prácticamente tres misiones, y ahí en la última misión, se llegó a la conclusión que las municiones en un cincuenta por ciento se perdían. La Guardia comenzó a rastrear los vuelos y a afinar la puntería, y en los últimos vuelos nos tiraron cohetes. Yo venía con Armengol Lara de piloto y yo como copiloto.
Mónica: Armengol es el que había desertado de la Guardia.
Modesto: Exactamente, había desertado de la Guardia, tiró cohetes en la Fuerza Aérea y después se fue con un Push and Pull para San José, Costa Rica, donde se incorporó al Frente. También Agustín Román Maradiaga, que volaba para La Nica; Manuel Porras y Octavio Ocampo, que eran tres pilotos que secuestraron un avión de La Nica y lo desviaron hacia Costa Rica. Entonces ellos también se incorporaron a la lucha con nosotros. Ellos llegaron a Costa Rica unos cuatro días después que yo. En ese secuestro el piloto era Octavio Ocampo, el copiloto era Román, y el ingeniero de vuelo era un peruano. Porras iba como tripulante extra, pero su misión era apoyar a Román, para obligar al piloto a desviarse a Costa Rica. Román venía con los controles del avión. Porras iba como visitante de cabina, e intimidaron a Ocampo, que no estaba dentro del plan; luego se sumó por la fuerza de las circunstancias.
Mónica: Además de abastecimiento de municiones sobre Managua, hicieron operaciones ofensivas, dejando caer bombas sobre algunos objetivos. Contanos.
Modesto: Fue en esos días. Yo no sé si ustedes ya se habían ido en el repliegue. Se hizo un operativo para bombardear el aeropuerto y, al mismo tiempo, el Búnker de Somoza. Se destinaron tres aviones para eso. Dos aviones teníamos la orden de bombardear el aeropuerto y el otro, su misión era el Búnker y demás instalaciones de la Loma de Tiscapa. Salimos juntos de Liberia. El que bombardearía el Búnker, lo piloteaba César Rodríguez, quien era un panameño que se le pagaba por vuelo; y los otros dos eran Román, de copiloto y yo de piloto; en el otro, Porras y un piloto tico, supuestamente de Edén Pastora, se llama Julio Romero. Ése posteriormente cayó preso en El Salvador, trasladando armas a los compañeros del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Eran unos morteros.