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El hombre que quiere ser el nuevo Frankenstein

Por Denis García Salinas/ Desde Mi Ventana


A través de la historia algunos hombres han jugado a ser dioses. Hitler soñó con el superhombre, inspirado en el escritor alemán Federico Nietzsche. En la ficción, otros jugaron a crear vida de materia inerte. Entre esos novelistas que escribieron historias sobre personajes sobrenaturales destacan: Frankenstein y Drácula, ésta última obra publicada en 1897 por el irlandés Bram Stoker, autor del más famoso de todos los vampiros. Ambos libros sobrecogieron al mundo. Pero Frankenstein fue la novela que desafió la cultura de su época por su rica imaginación de crear una criatura, potestad que solo era patrimonio de Dios. Hace 197 años una jovencita escribió el relato magistral Frankenstein o el Prometeo Moderno. Mary Shelley, a la sazón de 20 años, dicen unos, y 18 aseguran otros, decidió escribir la historia durante una noche en que se encontraba reunida con dos amigos. Uno de ellos los desafió a crear un relato de terror.

Shelley afirmó que la narración surgió en una "conversación trivial". La joven contó que todo empezó como "una diversión", sin pensar que Frankenstein se convertiría en el precursor de la literatura de ciencia ficción. Ella se preguntaba de "dónde vendría el principio de la vida". La escritora cuenta en su libro que decidió "crear una criatura de dimensiones gigantescas, es decir de más de ocho pies de estatura y correctamente proporcionado". Y añade: "quizás con el tiempo pudiese devolver la vida a aquellos cuerpos que, aparentemente, la muerte había entregado a la corrupción". El Dr. Frankeinsten trabajó dos años para infundir vida en "la materia inerte" y crear ese "monstruo". En la madrugada, la lluvia golpeaba las ventanas sombríamente, cuenta la escritora, "vi como la criatura abría sus ojos amarillentos y apagados". Y una noche, el gigante despareció y al poco tiempo apareció el hijo del doctor muerto en el bosque. "Yo era bueno y cariñoso: El sufrimiento me ha envilecido," dijo el monstruo en su diálogo con su creador el Dr. Frankenstein…

Cobardía no debe entorpecer nuestra curiosidad

Mary Shelley prácticamente refutó la creación bíblica de Adán y Eva en el paraíso. Es decir, negó la existencia de Dios, como supremo creador del mundo, polémica que aún perdura. Hasta el momento, sin embargo, nadie ha creado un ser humano, como la historia de terror escrita por Mary Shelley. Ella se preguntó: "Cuántas cosas estamos a punto de descubrir si la cobardía y la dejadez no entorpeciera nuestra curiosidad." Y casi esas mismas palabras repite hoy otro doctor que asegura, sin ambages, que pronto hará realidad el trasplante de cabeza. Este nuevo Frankenstein, llamado Sergio Canavero, un especialista de 51 años, asegura que su proyecto solo tiene el "límite mental de la humanidad".

Este médico italiano dice que su proyecto "cambiará para siempre la historia humana". La próxima semana de junio el doctor Canavero presentará su proyecto durante la Conferencia Anual de la Academia Americana de Neurólogos y Cirujanos, prevista a celebrarse en Annapolis, en Estados Unidos. "Este experimento saldrá perfectamente y lo demostraré en junio al mundo entero", responde a las críticas de religiosos y científicos que dudan de sus afirmaciones. Canavero dice que su trasplante de cabeza es una esperanza contra la parálisis espinal. Ya muchos ricos quieren hacerse ese trasplante. "En la sala se deberán encontrar las dos personas, la que donará el cuerpo y la otra que recibirá. La cabeza que será trasplantada se enfriará a una temperatura de 12 grados y después se procederá a seccionar la cabeza de ambos-vasos sanguíneos, músculos, huesos-y después comenzará la fase en la que el paciente recibirá su nuevo cuerpo," explica el científico. Cualquiera que lea estas afirmaciones, solo pensará que este médico es un charlatán o tal vez ha enloquecido. Cuando se le preguntó como uniría la médula espinal y los millones de terminaciones nerviosas que hacen posible que se mueva nuestro cuerpo, el respondió: Utilizaré polietilenglicol, una especie de "pegamento" plástico que, asegura, está revolucionando la medicina.

La polémica milenaria

El origen de la vida parece que es un cuento sin acabar. El relato bíblico asegura que "en el principio Dios creó los cielos y la tierra" (Génesis 1:1) y después Dios creó a Adán y Eva en el Paraíso. Los materialistas afirman que el universo entero, con todas sus formas de vida, llegó a existir sin ningún tipo de intervención sobrenatural. En tanto, Charles Darwin, con su teoría de la evolución de la creación de la vida, desató una polémica entre religiosos, científicos y ateos, que hasta hoy subsiste. E incluso esta teoría Darwiniana es ahora rebatida y puesta en duda. Aseguran que la selección natural del científico naturalista ayudó a las especies a adaptarse a las vicisitudes de su existencia, pero "en ningún caso crea nada nuevo". Los pinzones, estudiados en una isla por Darwin, no se han transformado en "nada nuevo". Siguen siendo pinzones, señalan los críticos de la teoría evolucionista. El Premio Nobel Herbert A. Hauptman afirmó que "la creencia en lo sobrenatural, y en particular en Dios, es incompatible con la verdadera ciencia". Después, otros salieron con el cuento que la vida provenía del mundo exterior. El debate está abierto.

Y, en medio de esa disputa ideológica, otro doctor aparece para intentar crear vida o, al menos prolongar la existencia. Este dice que sus pacientes tienen que tener mucho dinero. "Estamos a un paso de extender la vida indefinidamente porque cuando una persona tenga 80 años yo le podré dar un nuevo cuerpo y podrá vivir otros 40 años," el médico explica que la intervención durará dos días y se necesita un equipo de unas 150 personas, entre médicos y auxiliares. Y, sobre todo, unos diez millones de dólares. Será este doctor italiano el nuevo doctor Frankenstein o simplemente es un embaucador que busca fama para llevar a cabo su increíble proyecto. Pero sus palabras dan mucho que pensar: El proyecto de trasplante de cabeza solo tiene el "límite mental de la humanidad". Hoy la ciencia ha avanzado y basta mencionar la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta ( 1996). ¿Será acaso el nuevo Dr. Frankenstein o el verdadero Prometeo Moderno del Siglo XXI? Sin duda los hombres les gusta el juego macabro a ser Dioses.

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