Los obstáculos a la marcha de la Historia

Por Denis García Salinas/Desde Mi Ventana

Nadie la conocía en Nicaragua. Ahora, por un mal manejo de la Unión Nacional de Estudiantes (UNEN), el nombre de la politóloga Gloria Álvarez será pronunciado en Nicaragua con mayor regularidad, aunque sea solo en el segmento político, cuyos líderes asistieron como párvulos de primaria a escuchar su conferencia sobre Populismo versus República. Quizás ella tiene ahora más fama en nuestra provincia que en la antigua Capitanía General de Guatemala. No sabíamos nada de ella hasta que UNEN se equivocó por su necia intolerancia. Hasta el diputado sandinista Wálmaro Gutiérrez se mostró sorprendido ante la llegada de Álvarez. "En realidad no sé quién es esa señora", subrayó el legislador. Pero allí radica el problema. Una profesional desconocida de pronto era todo un "personaje" en el país. Nadie conocía o estaba interesado en asistir a su conferencia, pero una vez más los sandinistas de la Unión Nacional de Estudiantes (UNEN) se equivocaron al sobrestimar a la politóloga e impedirle disertar sobre populismo en la UPOLI y otras universidades, según tenía programado.

Si la UNEN no hubiese hecho tal amenaza de sabotear las conferencia de la guatemalteca, quizás ella habría abandonado Nicaragua como cualquier persona que cumple su compromiso de trabajo y regresa a su país. Pero allí está el grave error, actuar de manera intolerante y no permitir el libre flujo de ideas. Ahora ella se convirtió hasta en noticia internacional, pues los de UNEN se encargaron de manchar la imagen del Gobierno al impedir que la guatemalteca impartiera su conferencia en las universidades. Sin duda que ahora dirán que el Gobierno indujo a esos líderes de UNEN a boicotear la conferencia de la guatemalteca.

Uno se pregunta ¿acaso Gloria Álvarez tiene la capacidad de oratoria para despertar entre los pocos estudiantes el prurito de rebelarse contra el Gobierno? Mas ahora que entre el estudiantado se perdió el interés por la política. Las inquietudes de los universitarios están más allá de los discursos políticos o las manifestaciones antigubernamentales. Nicaragua vive otros tiempos. La juventud de hoy no se parece en nada a la de los 70 y de los 80 e inclusive la de los noventa. En aquella época los muchachos se rebelaron contra la dictadura de Somoza y en la década de los ochenta, todos fueron a la guerra y otros pasaron a la "Contra". Y otros abandonaron el país. Había pasión y patriotismo. Muchos jóvenes se sacrificaron por la causa revolucionaria. Eso ahora no existe.

Actualmente, el país respira paz. La guerra, que perturbó el país y devastó la economía, quedó en la historia. Los chicos de hoy no les importan saber qué es el populismo, sino que le pregunten a cualquier joven universitario si le interesa asistir a conferencias sobre política. Tampoco nadie lee. Todos los libros de marxismo y leninismo en las bibliotecas de las universidades están siendo devorados por las polillas. Entonces, ¿por qué impedir a la politóloga impartir su cátedra? Al final de cuentas, el Gobierno es el más perjudicado por la acción de UNEN, que nos evoca actitudes detestables del pasado.

Ahora Gloria Álvarez tiene en su currículo que la UNEN, dirá ella el Gobierno, tuvo temor a su discurso sobre populismo. Sin duda, engrandeció su ego. Eso está en la naturaleza del hombre y la mujer. Este episodio con la guatemalteca evoca aquella época cuando los políticos antisandinistas eran expulsados de las universidades y los izquierdistas asaltaban los micrófonos para demeritar las conferencias de los antiguos líderes del COSEP, que estaban en franca pugna contra el Gobierno. El país estaba dividido y la palabra tolerancia no existía en el diccionario gubernamental. Hasta se produjo el destierro de políticos con sotanas, decisión que tanto daño hizo al país. Se vivía una atmósfera volcánica y no se toleraba a los que criticaban el sistema imperante. Afortunadamente, hoy Nicaragua es otro país. Los sacerdotes no son perseguidos como en el pasado, tampoco los empresarios son enemigos del Gobierno. Desde que asumió el presidente Daniel Ortega al poder en 2007 nadie está preso por motivos políticos. Hoy más bien se vive una apacible cohabitación entre el COSEP y el Gobierno por el bien de la Nación, que ya curó sus heridas. Actualmente, los empresarios quieren aparecer en la fotografía junto a Daniel Ortega. Saben que el país va por un buen sendero macroeconómico, aunque los sacerdotes y políticos quisieran ver cambios notables en el Poder Electoral.

Por esas razones resulta incongruente en pleno Siglo XXI que se coloquen obstáculos a una mujer extranjera a expresar sus ideas, aunque muchos le señalen de injerencistas en los asuntos internos del país. Lamentablemente, desde la década de los ochenta, políticos extranjeros han llegado a Nicaragua a expresar sus opiniones de cómo se debe de Gobernar y cómo deben de ser nuestras instituciones, subrayando el modelo de la llamada democracia occidental. Hoy nuestra clase política, cuya brújula apunta al Norte, tuvo una vez más sus minutos de tiempos en televisión y espacio en los periódicos para criticar al Gobierno porque impidió que la politóloga expusiera sus ideas sobre populismo. Cuando sucede esto se me viene a la mente una frase que me gusta repetir: "Quien no aprende de los errores del pasado, está condenado a repetirlos". Y cuando veo la actuación de los miembros de UNEN damos un paso atrás en la Historia. Creo que debemos de ser más comprensivos y recordar que ahora el país es otro. Atrás quedó el pasado con sus errores y tragedias. Quiero terminar este artículo con esa frase de Voltaire: "La tolerancia no ha provocado nunca ninguna guerra civil; la intolerancia ha cubierto la tierra de matanza". Ojalá que UNEN y los cabezas calientes reflexionen y aprendan a ser más tolerantes y no poner obstáculo a la marcha de la Historia.