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Correos Corporativos
EDICCION ESPECIAL POLICIA 2013
EDICCION ESPECIAL EJERCITO 2013

RUBÉN DARÍO Y EL MÉRITO
EXCEPCIONAL DE AZUL

María Manuela Sacasa de Prego
Creadora de los simposios Internacionales Rubén Darío

II parte y final

Nuestro poeta está listo para publicar sus novedades poéticas…decide llamar Azul… con puntos suspensivos a su obra… y nos dice que para él el color azul es arte, ideal, ensueño, lo más imponente de la naturaleza: mar y cielo y enseña de la lucha por la liberación artística que emprende.

Así Poireir y Eduardo de la Barra se encargan de la edición y Azul… sale de la imprenta y litografía Excélsior de Valparaíso, situada en la calle Serrano el 30 de julio de 1888 con prólogo de Eduardo de la Barra y una dedicatoria al mecenas Federico Varela. El prólogo de Eduardo de la Barra es magnífico y profético, nos dice entre otras que Darío llegará a ser una gloria americana, que tal es la fuerza y ley de su astro juvenil, la envidia se pondrá pálida; Nicaragua se encogerá de hombros, que nadie es profeta en su tierra, pero el porvenir se encargará de coronarlo. Lo que es por hoy este bellísimo libro azul… con arabescos como los de alhambra, proclama la estirpe de su autor y prueba que no es el de un decadente.

 

Poeta y diputada María Manuela Sacasa de Prego, Directora del XII Simposio Internacional Rubén Darío 2014.

 

 

Darío envía su libro a diferentes personalidades, el ejemplar que tiene mayor divulgación es el que Rubén envía a Don Juan Varela por medio de su sobrino Antonio Alcalá Galiano y Miranda, quien es cónsul de España en Valparaíso y se encarga de remitirlo. Don Juan Varela comenta el libro y con intuición maravillosa señala uno de los rasgos fundamentales de la personalidad del autor al asegurar que no es ni clásico, ni romántico, ni simbolista, ni decadente, que lo ha revuelto todo y ha sacado una quinta esencia que es su propia poesía. Rubén ha enviado su libro a toda América y en los círculos de literatura de jóvenes poetas, se recibe con algarabía y elogios fuera de lo común.

En México Manuel Gutiérrez Nájera, enarbola el libro azul y lo lee para todos los colaboradores de un periódico, así entra al mundo literario de México por la puerta grande. Analicemos, el poeta que escribió Abrojos, no tiene parentesco con el que escribió Azul… y eso ¡asombra! pero es que Abrojos y Azul son en realidad el anverso y reverso de la vida del poeta.

Veamos que dice el poeta de su libro AZUL…, él lo llamará "el viejo y amado libro" un libro primigenio, el iniciador de un movimiento que posteriormente habría de tener tantos triunfos. Cual fue el origen de la novedad se pregunta el poeta? y el mismo dice, "fue mi reciente conocimiento de autores franceses, del parnaso, pues a la sazón la lucha simbolista apenas comenzaba en Francia, no era conocida en el extranjero y menos en nuestra América, fue un Catulle Mendés mi verdadero iniciador."

El hecho que resaltemos la "experiencia chilena" de Darío no significa que su conocimiento de los nuevos autores franceses, como de la literatura clásica y moderna, no haya comenzado antes de esta experiencia. Se ha señalado que su temprana colaboración en la Biblioteca Nacional de Nicaragua lo pudo acercar a autores franceses recientes. Además, hay testimonios y escritos suyos que acreditan que su acervo literario era bastante amplio cuando muy joven llega a Chile. No sólo conocía a Víctor Hugo como se le enrostró, sino también ya mostraba interés o citaba a Anacreonte, Virgilio, Horacio, Ovidio, Juvenal, Santa Teresa, Fray Luis de León, Campoamor, Shakespeare, Byron, Goethe, Heine; y que no era menor su pasión por las Mil y una noches y el Nuevo Testamento nos dice Raúl Silva Castro en 1966.     

Pero no solo fue eso, la Literatura castellana se transforma. Anderson Imbert comenta: "que habían muchos tratando de renovarla pero que Darío sobresalió quedando gracias a su invención, a su inteligencia, a su estudio de la poesía de esa época y de la antigua buscando siempre la perfección verbal lo que lo hace permanecer en primer lugar y hace que su poesía perdure." Rubén llama a este movimiento modernismo. Este buscó un nuevo lenguaje que fuera más allá, una nueva palabra capaz de renovar integralmente nuestro lenguaje, como una nueva forma de concebir el mundo.

Otra gran alegría de Darío es ser nombrado corresponsal de La Nación de Buenos Aires, gracias a su gran amigo Eduardo de la Barra quien lo recomienda a su suegro el gran escritor don Victoriano Lastarria y Don Bartolomé Mitre dueño del periódico, lo acoge con gran admiración. Este puesto lo ocupa durante toda su vida y es el que le proporciona alguna tranquilidad para su alimentación.

Azul… de Rubén Darío, publicado en Valparaíso en 1888, es pues el primer libro del modernismo, no solo por sus textos, sino porque reúne en sus páginas el espíritu y la inquietud reformista de toda una época de transición entre el post romanticismo y las primeras muestras de expresión de la modernidad. La esencia de Azul… nos dicen sus críticos renueva la prosa y la poesía, al iniciar una nueva sensibilidad y un nuevo estilo de concebir el arte, que es, en definitiva lo que se llamó modernismo.

El mérito excepcional de Azul…es que impone el modernismo como la nueva corriente, de la creatividad artística del español. En sí, en el libro, se plasma que lo más importante lo constituye la prosa de los cuentos que la poesía. Pues los diez cuentos que integran la primera edición, los coloca Darío al frente, lo que nos indica que Rubén está consciente de su calidad literaria. Son seis poemas los que incluye Darío en la primera edición de Azul…en estas composiciones no es posible apreciar el genio de Darío pero si su extraordinaria capacidad musical para el ritmo y la creación.

Según Ricardo LLopesa Rubén Darío resume y codifica todas las tendencias literarias de su tiempo, y lo hace en un solo libro, sin que exista escritor alguno, ni francés ni hispano, que le supere. Con Azul… En efecto se convierte en el primer prosista que consigue aglutinar las corrientes existentes en su tiempo, logrando además trasplantarlas al castellano, aclimatarlas, darles entrada y adaptarlas. Esta perspectiva invita a ver Azul…como una obra fragmentada y plural, con una diversidad que la convierte en una obra heterogénea, rica y compleja pero a la vez, unitaria, coherente y singular, unificada por un estilo que aglutina todo en torno al eje del lenguaje.

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