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Correos Corporativos
EDICCION ESPECIAL POLICIA 2013
EDICCION ESPECIAL EJERCITO 2013

Una patria para dos cardenales

Por Denis García Salinas/Desde Mi ventana

Nicaragua tuvo que esperar 29 años para tener su segundo Cardenal. El Papa Francisco nombró hace dos días a Leopoldo Brenes, obispo de la Arquidiócesis de Managua, como el segundo Cardenal de nuestro país.  El primer cardenal (monseñor Miguel Obando y Bravo) fue elegido cuando el país estaba envuelto en una sangrienta guerra civil. La elección del nuevo Cardenal (Leopoldo Brenes, 64 años de edad) se produce ahora en un ambiente de paz en el país. No hay una sociedad crispada ni guerra, pero la batalla es ahora contra la pobreza y el desempleo. Dos momentos distintos de la Historia. Cuando Miguel Obando y Bravo se convirtió en "príncipe de la Iglesia", como se les conoce a los cardenales, tenía 58 años.  El Vaticano lo había investido con semejante cargo para darle mayor poder, autoridad y prestigio a fin de enfrentar al gobierno sandinista. En esa época algunos obispos de la Iglesia Popular se unieron a la Revolución. Miguel D Escoto (canciller sandinista) protagonizó un "ayuno profético" en junio y julio de 1985 contra la guerra, apoyada por EEUU. Los padres  Ernesto Cardenal, ministro de Cultura (actualmente un ferviente critico de Ortega) y Fernando Cardenal, que lideró la Gran cruzada de Alfabetización, estaban al lado de la Revolución Popular Sandinista.  La mayoría de los obispos de la Iglesia Católica, encabezado ahora por el nuevo Cardenal Miguel Obando y Bravo, endurecieron su posición contra los sandinistas. Su voz tenía más peso internacional. Cuando algunos miembros de la Junta de Reconstrucción abandonan el barco de la revolución, los obispos endurecen su posición.

La relación entre el Gobierno y la jerarquía Iglesia Católica tuvo uno de sus momentos más dramáticos cuando la masa sandinista en una plaza pedían al Papa Juan Pablo II una oración por 17 muchachos muertos por la Contrarrevolución. Su Santidad, enojado por el grito "Queremos la paz", pidió silencio, diciendo que la única que quiere la paz es la Iglesia Católica. Después el Gobierno clausuró la Radio católica y prohibió el regreso de varios obispos que habían apoyado a la Contra, como el obispo Vega que, sin eufemismo, proclamaba acabar con el "régimen marxista pro soviético". Durante esos años de Gobierno se incubó un odio que parecía irreconciliable, pero que años después se disiparía cuando Daniel Ortega pidió perdón a la Iglesia Católica por los errores del pasado.

El primer Cardenal

El cardenal Miguel Obando y Bravo, que pidió la renuncia  de Anastasio Somoza en la década del setenta, desempeñó, al principio, un papel de mediador que incluso permitió la liberación de sandinistas encarcelados por Somoza. Entre esos detenidos estaba Daniel Ortega.Fue mediador en el asalto a la residencia de un ministro somocista, en diciembre de 1974, o en la toma por los sandinistas del Palacio Nacional, en agosto de 1978. Somoza nunca perdonó a Obando por su postura política. El dictador lo llamaba "Comandante Miguel". Ese mismo sobrenombre se lo endosarían, años después, los sandinistas por apoyar a los "Contras". Obando alcanzó prestigio nacional e internacional por su desplante  a Ortega.

La reconciliación

Unos se asombraron y otros se molestaron cuando Daniel Ortega y el cardenal Miguel Obando y Bravo, enemigos en la década de la revolución,  se reconciliaron, dejando atrás el pasado turbulento. El tres de febrero del 2012, Ortega, ya ungido presidente de Nicaragua, condecoró con la orden de la independencia cultural Rubén Darío al cardenal  Miguel Obando y Bravo, considerado un polémico líder de la Iglesia Católica. El prelado se ha caracterizado por influir en la vida política del país como pastor y mediador.  El Cardenal Obando y Bravo es recordado por su defensa de los derechos humanos durante la dictadura de Somoza. Obando fue testigo en las conversaciones de paz que terminaron, el 19 de abril de 1990, con la firma en Managua del documento del alto el fuego entre el Gobierno y "la contra." Ese acuerdo supuso el fin de la guerra.  En septiembre de 2005 ofició el matrimonio eclesiástico de Ortega y Rosario Murillo. Actualmente, Obando preside la Comisión de Verificación, Reconciliación, Paz y Justicia del Gobierno.  Esta posesión al lado del Gobierno le ha ganado el malestar de muchos de los obispos de la Conferencia Episcopal. Incluso algunos de ellos, que critican al Gobierno de Ortega, no quieren reconocer que Obando es uno de los personajes más importantes de la historia contemporánea de Nicaragua. Disidentes sandinistas cree que Obando al defender a Ortega se ha desprestigiado. El 1 de abril de 2005, Obando puso su renuncia como arzobispo de Managua al Papa Juan Pablo II, un día antes de morir. Monseñor Leopoldo Brenes le sucedió en ese cargo.  Actualmente el Cardenal emérito  aparece en todas las actividades  del Gobierno. Pero, dicen, que su voz ya no tiene autoridad entre la Conferencia Episcopal de Nicaragua.

Los dos cardenales

Nicaragua cuenta ahora con dos cardenales: Uno emérito el Cardenal Miguel Obando y Bravo, y otro recién nombrado Leopoldo Brenes, obispo de la Arquidiócesis de Managua. La ceremonia en la que les será otorgado el capelo cardenalicio tendrá lugar el 22 de febrero en el Vaticano.  El respeta a Obando y lo considera su "maestro". Muchos creen que es difícil que Brenes juegue un papel protagónico como el desempeñado por Obando y Bravo. Brenes es un hombre humilde, apacible y crítico cuando se produce la oportunidad. Tiene una personalidad distinta a la de Obando y Bravo, un personaje que cambió en parte la historia del país. Amado y odiado. En cambio, el Cardenal Brenes es un obispo que no se caracteriza por las severas homilías que cuestionaban fuertemente  a los sandinistas como lo hacía Obando en la década del ochenta. Basta recordar  los pasajes bíblicos como la de la serpiente que le dedicó a Ortega en la víspera de las elecciones de 1990 cuando ganó Violeta Chamorro. Algunos comentaristas creen que Chamorro le debe su triunfo a las eucaristías del cardenal Obando. Hoy, en nuevos tiempos,  el nuevo cardenal Brenes no tiene de aliados a los empresarios y  la oposición está maltrecha y a punto de la inanición. Y la iglesia Católica ha perdido terreno ante el avance de los evangélicos.  Además, ahora las preocupaciones del pueblo son otras: el desempleo.


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