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Correos Corporativos
EDICCION ESPECIAL POLICIA 2012
EDICCION ESPECIAL EJERCITO 2012

Descontaminación visual

Francisco Javier Bautista

Cuando conocí hace algunos años Montevideo, capital de la República Oriental del Uruguay, durante el gobierno de Tabaré Vásquez, patria de entrañables amigos revolucionarios, personas de gran calidad humana como Chaná y otros, lo primero que me llamó la atención fue ver las calles limpias y el espacio visual despejado: no había en la ciudad rótulos exagerados que contaminaran la vista. Averiguando sobre lo que percibí en el entorno tranquilo, seguro y limpio, encontré que existe un Plan de Ordenamiento Territorial, Plan Montevideo, que se cumple por los ciudadanos y se exige por la administración gubernamental.

Uruguay tiene uno de los niveles más bajos de violencia delictiva de América Latina, cero analfabetismo y alto índice de desarrollo humano (posición 51 de 187 países, 2012). José Mujica, el presidente más simpático y carismático de la Región, diría: "Lo que hay en el mundo es mucha tontería", bastante de lo que prolifera como contaminación visual no es más que eso, una tontería que hace daño.

En ciudad Guatemala, capital de un país con lamentables extremos de violencia delictiva, con alta desigualdad socioeconómica y niveles de desarrollo humano similares a Nicaragua, la municipalidad estableció afortunadas regulaciones que restringen la colocación de rótulos. Ahora se permite instalarlos de manera horizontal sobre las paredes de los negocios y no sobre calles y avenidas, de tal forma que se aprecia con amplitud el paisaje urbano y natural.

Desde mi opinión, la policía municipal de tránsito, dependencia del gobierno de la ciudad, es la más profesional de Centroamérica en su campo, lo que sumado a la limpieza visual y los esfuerzos por recuperar los espacios públicos del viejo centro urbano, son señales positivas para ofrecerle a sus ciudadanos una oportunidad para vivir mejor en el clima tan agradables del que gozan. Hay en Guatemala también cosas buenas que vale la pena resaltar, particularmente las dos que indiqué: la calidad de sus agentes de tránsito municipal y la descontaminación de la publicidad urbana.

En Nicaragua observo un incremento desordenado y exagerado de la contaminación visual por rótulos publicitarios de diverso contenido comercial. Algunos lo perciben como expresión del crecimiento económico, creación de nuevas empresas y generación de empleo, sin embargo, requieren considerar los riesgos y regularlos. La vista sobre el paisaje urbano y natural se obstaculiza de manera creciente, evitemos que continúe, los gobiernos municipales y el gobierno central pueden establecer disposiciones rígidas para educar a los ciudadanos y los negocios, para exigir el cumplimiento de las normas que indudablemente al principio generarán malestar pero que después, serán de gran satisfacción para quienes compartimos el espacio común de la ciudad, nos asegurarán una vida sana, limpia y ordenada en una nación que sobrepasó hace un año los seis millones de habitantes.

La publicidad es necesaria, pero debe desarrollarse mediante reglas racionales y urbanísticas viables, con capacidad de cumplirse eficazmente sin favoritismos ni excepciones, estableciendo límites de cantidad, tamaño y ubicación. Lo dañino es la contaminación, el abuso en la cantidad y el tamaño de los rótulos que se ubican y proliferan desordenadamente, sin cuidado estético ni de contenido, restringen la vista del vistoso paisaje natural que el Xolotlán, las lagunas, el Momotombo, las Sierras y cordilleras de Occidente nos ofrecen de manera inigualable, obstaculizan el tránsito, son causantes de accidentes, provocan estrés al saturar de imágenes artificiales y lumínicas y contribuye a la pérdida de identidad comunitaria. Un buen manejo de la publicidad resguarda la salud visual, auditiva, medioambiental y de bienestar general de la población, promueve el desarrollo humano integral, la cultura, la naturaleza, la convivencia y las buenas costumbres.

La publicidad debe estar al servicio de las personas y de la ciudad, y no los ciudadanos sometidos a su ímpetu incontrolable. La recuperación de los espacios públicos y la arborización que se han venido impulsando, requieren considerar otros empujes. El Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional comprometido por el bien común desde una visión inclusiva y social, tiene la oportunidad de hacer cambios de estos ámbitos para reafirmar las aspiraciones históricas que comenzaron a ser factibles con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista hace treinta y cuatro años.

www.franciscobautista.com

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