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Lunes 06 de Junio del 2011 Edición No.4984
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OPINION
El retorno de Manuel Zelaya a Honduras y las contribuciones del liderazgo Latinoamericano
La llegada de Manuel Zelaya a la Presidencia de la República en Honduras significó giros importantes para corregir déficit de la democracia como la concentración del poder político y económico en pocas manos y la exclusión social de las grandes mayorías. Restituir derechos al pueblo de Honduras fueron los primeros pasos de su gestión presidencial, estimulando la organización ciudadana en todos los departamentos del país, dotándoles de poder de decisión en los destinos locales y nacionales, es decir instaurar la democracia directa. A la vez, como Honduras es parte del concierto de naciones, el Presidente Zelaya buscó fortalecer intercambios con países de visión progresista y así primero se incorporó a la iniciativa Petrocaribe y posteriormente a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

Tales iniciativas eran intolerables para los grupos de poder elitistas en Honduras y para la política injerencista de EEUU. Las élites de poder apoyadas por grupos ultraconservadores de EEUU comenzaron actos desestabilizadores al gobierno de Zelaya, quien no obstante, siguió el camino trazado en la democratización del país. Adicionalmente impulsó la iniciativa de ir a una constituyente  para que la participación ciudadana tuviera sustentación constitucional, mediante la incorporación de una boleta para hacer la consulta al pueblo si apoyaba una constituyente, consulta que no era vinculante.

De ahí vino el golpe de Estado al orden constitucional por las élites de poder de Honduras, apoyados por los ultraconservadores de EEUU, apoyada por la jerarquía católica de Honduras  y la facilitación al golpe de Estado por parte de Oscar Arias de Costa Rica. El interés principal de EEUU era golpear el crecimiento de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (ALBA).

El golpe de Estado fue rechazado a nivel internacional. La OEA decidió expulsar de su seno a Honduras y resolvió no reconocer al gobierno golpista y exigir el retorno incondicional al orden constitucional, es decir restaurar a Manuel Zelaya en la Presidencia de la República. 

El Cmdte. Daniel Ortega, con su liderazgo internacional, invitó a los países del ALBA, a los países del SICA y a los países del Grupo de Río a reunión el 29 de Junio de 2009, para tomar decisiones ante el golpe de Estado en Honduras, porque no sólo era atentado contra Honduras sino contra la democracia de toda América Latina. Tanto la ALBA, SICA y el Grupo de Río, reunidos en Managua, en sendos comunicados, rechazaron el golpe de Estado, no reconocer ningún arreglo más que la restauración inmediata del Presidente Zelaya, no reconocimiento de las elecciones en Honduras si no se producía antes el retorno de Zelaya.

EEUU si bien votó por la expulsión de Honduras de la OEA, nunca definió como golpe de Estado la salida violenta del Presidente Zelaya, nunca lo definió así, porque de acuerdo a su ley patriótica, eso hubiera implicado sacar la base militar norteamericana en Palmerola, Honduras. Para EEUU era más importante dicha base militar que definir como golpe de Estado en Honduras. La exigencia de los países de América Latina al cumplimiento de la resolución de la OEA tuvo siempre la barrera por EEUU, que culminó con el trueque político entre el Senado y el Ejecutivo.

Las elecciones presidenciales como ´lavado´ del golpe de Estado. El trueque político se conoció en la mañana del 04 de noviembre de 2009, cuando el senador republicano Jim DeMint anunció por la mañana que suspendía el veto para el nombramiento de Arturo Valenzuela como Subsecretario para América Latina y por la tarde el Departamento de Estado anunciaba que EEUU reconocerían el resultado de las elecciones hondureñas, sin importar si Manuel Zelaya era restituido en la Presidencia y sin importar que fueran los golpistas quienes administraran las elecciones. Con ello EEUU daba otro viraje anti histórico, imponiendo que las elecciones bien pueden borrar golpes de Estado e ir a cuenta nueva. Esa acción de EEUU fue un golpe para la democracia de Honduras, una burla para los países de América Latina y más aún un golpe a la OEA.

Pasadas las elecciones, a  lo interno de Honduras comenzó la represión contra el Frente Nacional de Resistencia Popular –surgido en defensa de Zelaya, tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009– y una serie de acusaciones falsas en el sistema judicial contra Manuel Zelaya para evitar que fueran restituidos sus derechos políticos. EEUU, respaldado por Oscar Arias de Costa Rica, quiso motivar el retorno inmediato de Honduras a la OEA, habiendo rechazo de Presidentes como el Cmdte. Daniel Ortega, Lula Da Silva, Cristina Fernández, Cmdte. Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Leonel Fernández.

En América Central también hubo iniciativas para el retorno de Honduras al Sistema de Integración Centroamericano (SICA), teniendo la oposición del Presidente Daniel Ortega que no se podía dar hasta tanto estuvieran restauradas las mínimas condiciones de reconciliación para el retorno de Manuel Zelaya y el respeto al derecho político del Frente Nacional de Resistencia Popular de Honduras. La derecha nicaragüense y la industria mediática lanzaron ataques contra el Cmdte. Daniel Ortega, señalándolo de obstruir el proceso de integración centroamericana, incluso hasta fueron a visitar al golpista Micheletti y luego quisieron traerlo a Nicaragua, creyendo erróneamente que eso les daría réditos políticos.  La razón le asistía al Cmdte. Daniel Ortega, porque no estaban dadas las condiciones para el retorno de Honduras ni a la OEA ni al SICA, mientras tanto el flujo comercial entre Nicaragua y Honduras nunca fue interrumpido.

Por iniciativa de los Presidentes de Venezuela y Colombia, Cmdte. Hugo Chávez y Juan Manuel Santos, se llevó a cabo el diálogo entre el Presidente de Honduras Porfirio Lobo y el ex Presidente Manuel Zelaya, firmando el ¨Acuerdo para la Reconciliación Nacional y la Consolidación del Sistema Democrático¨, mediante el cual se dan las garantías para el retorno de Manuel Zelaya con todos sus derechos políticos restituidos y el derecho para que el Frente Nacional de Resistencia Popular  solicite su inscripción ante el Tribunal Supremo Electoral y participe democráticamente en los procesos político-electorales, incluido el derecho para que los ciudadanos (as) pueden ser convocados a participar en consultas populares, mediante procedimientos legalmente establecidos, tema que era lo que impulsaba Zelaya con la consulta para la constituyente. Dicho acuerdo facilita el retorno de Honduras a la OEA.

Ante ese histórico acuerdo en Cartagena de Indias, Colombia, el Cmdte. Daniel Ortega invitó a Managua a los Presidentes de los países de CA – 4, Guatemala, El Salvador y Honduras  para la firma de un acuerdo para fortalecer la integración de América Central y del CA – 4 en particular, incluyendo la reanudación de las relaciones diplomáticas entre Honduras y Nicaragua, expresión que el Cmdte. Daniel Ortega siempre tuvo la razón de que el retorno de Honduras tenía que pasar primero por una reconciliación como la firmada entre Porfirio Lobo y Manuel Zelaya. Las contribuciones del liderazgo latinoamericano del Cmdte. Daniel Ortega, de Lula Da Silva, Cristina Fernández, Cmdte. Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Leonel Fernández, es  evidente al cierre de este capítulo en Honduras. Falta ahora que se cumplan a cabalidad dichos acuerdos.

El golpe de Estado en Honduras ha dado aun más la razón para la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mediante la cumbre de Presidentes de 33 países a realizarse en Caracas el 5 y 6 de Julio de 2011, quienes conformarán un nuevo conglomerado político, económico, social, cultural y ambiental, propio Latinoamericano y Caribeño.