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Al bolsazo

SALUD SERGIO.-¡Como emocionan los éxitos de los amigos! Uno los siente como propios. Incluso, como si con el agregado de nuestra alegría al impulso de los latidos del corazón, les hubiéramos ayudado a conseguirlos, aún conscientes que no tenemos nada que ver…El Premio Cervantes a ese excelso escritor que es Sergio Ramírez, quien en Masatepe se siente junto con Tulita viviendo en otro país, o imaginándolo, llena nuestras almas de satisfacción y orgullo…Tratándose de un reconocimiento equivalente al Nobel en la literatura en español, como apuntan los medios, esos 125 mil euros, es lo menos importante. Es cierto que “Ya nadie llora por él”, como titula su último trabajo a ser presentado en la Feria de Guadalajara, pero todos queremos abrazarlo en un momento tan sublime. La amistad, te hace parte de la familia, tal lo apuntaba Carlos Fuentes.

 

SUPER LINE-UP.-Sergio, de 75 años, autor del relato El Juego Perfecto, es un aficionado al beisbol…Entre los ganadores del Cervantes desde su creación en 1976, revisa a sus compañeros y ¡qué bien debe sentirse! Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes, Augusto Roa Bastos el escritor de “Yo el supremo” y “El Fiscal”, el inmenso argentino Jorge Luis Borges, Camilo José Cela, Cabrera Infante, Fernando del Paso, Jorge Edwards, Juan Carlos Onetti, Ernesto Sabato y tantos otros de brillantez cegadora como escritores…Y entre ellos, Sergio Ramírez, en plena madurez, trascendiendo sin freno, escribiendo siempre con la intensidad de un Balzac, interesado en dejar huellas imborrables, haciéndose sentir en diferentes tareas abrazado a su inagotable inspiración, motor de todo escritor.

 

INOLVIDABLE.-El primer libro que leí de Sergio Ramírez, fue “De tropeles y tropelías”, cargado de un sarcasmo que abría heridas, cobijado de rebeldía. Sergio ha sido un constructor de relatos que no se olvidan, como “El proceso al León”, “El hedor de los cadáveres” y por supuesto su fuera de serie “Charles Atlas nunca muere”…Darle forma a la amistad que hemos sostenido, fue producto de encuentros casuales en La Prensa de Pedro Joaquín, y lo que sabía sobre sus inicios, me lo contó su hermano Lizandro, compañero de estudios en la Escuela de Ingeniería…Cuando le solicité el prólogo de mi libro sobre Alexis Arguello “El ídolo no muere”, me entregó un trabajo notable titulado “El héroe  su rapsoda”, demostrándome que nunca toma nada a la ligera. Ese prólogo, lo guardo en el cofre de mis tesoros con profundo agradecimiento.

 

UN MOTIVADOR.-Cuando uno habla con Sergio Ramírez, siente que recibe un baño de cultura, siendo inducido hacia la lectura…Ha dicho Sergio reiteradamente, que la buena lectura es indispensable para tener ciudadanos despiertos, activos, con entendimiento del mundo y sus emociones, y naturalmente, con sensibilidad crítica…Leyendo a Sergio, uno se siente deslizándose sobre mágicos patines hacia el paraíso de la imaginación, en el cual, verdad y mentiras, realidad y ficción, navegan y terminan juntándose…Como diría Víctor Hugo, en la pluma de Sergio arde la llama, flota la inspiración y brilla el talento. Está acostumbrado a incidir consistentemente como un maestro, empeñado en contribuir a la creación de un país mejor, restaurando los valores perdidos en una sociedad tan necesitada de sanación. Es por todo eso que nos alegra verlo ganar el Cervantes.

 

SEGURAMENTE.-El próximo sábado 25, cuando se abran las puertas de la Feria del Libro en Guadalajara, a la cual voy a asistir como lo he hecho en los dos últimos años, Sergio se convertirá en la gran figura como protagonista de notas, entrevistas y de historias. Un perseguido constante del periodismo azteca, Sergio, quien ha explicado que el escritor nace y luego se hace con dedicación, con disciplina, leyendo mucho, exigiéndose, es el primer centroamericano en ganar el Cervantes…Pienso que al igual que Ted Williams, enviado al servicio militar cuando atravesaba su mejor momento rebosante de juventud, lo que recortó sus cifras, la incursión de Sergio Ramírez en el complicado juego de la política, lo obligó –sin alejarlo por completo- a aplicar una pausa en su desarrollo como escritor. Sin embargo, su cercanía con el poder le proporcionó lo necesario para una gran novela que tiene pendiente.

 

Por Edgar Tijerino M.

 

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