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Un paseo pos Semana Santa en León

Por Denis García Salinas

 

León.-Cada día la ciudad de León se posesiona del primer lugar como destino turístico del país. San Juan del Sur, con su clima benévolo y sus refrescantes playas,  Granada, la vieja sultana y rancia aristocracia, y la paradisíaca isla de Ometepe, de 276 kilómetros, y sus dos imponentes volcanes y sus reservas naturales, rivalizan con León.  Ometepe está enclavada en el lago de Nicaragua, llamada por los conquistadores españoles  “el mar de agua dulce”.  No hay discusión que esos lugares son atractivos turísticos, pero León, prácticamente, ha dado la sorpresa. El poeta granadino, Emilio Zambrana, que ama su ciudad, me confesó que León supera a Granada como sitio turístico con hoteles, hostales, bares y más de cien restaurantes como El Carbón con una variedad gastronómica.

 

A pocos metros de la entrada a la ciudad el visitante observa un rótulo que le da la bienvenida a la “Primera Capital de la Revolución”. La entonces Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de la República de Nicaragua decretó, simbólicamente, el 15 de julio de 1981, a la ciudad de León, la “Primera Capital de la Revolución”. El decreto fue firmado, a la sazón, por Sergio Ramírez, actual disidente sandinista; Daniel Ortega, ahora presidente de la República, y del conservador Rafael Córdoba Rivas, fallecido el 16 de julio del 2009. Este largo fin de semana, aproveché para visitar esta ciudad, fundada en 1524 por Francisco Hernández de Córdoba, en un sitio que los indígenas llamaban “Nagarando”. Santiago de los Caballeros de León está a 90 kilómetros de Managua, nuestra capital. A decir verdad, disfruté con mi hijo Carlos Fer y Lorena Isaura ese viaje por la ciudad y los balnearios Las Peñitas y Poneloya. Y, ya no se diga, degustamos un riquísimo pescado, que parecía tiburón de grande.

 

Últimamente, esta ciudad, según la co-directora del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur), fue uno de los departamentos más visitado en la pasada Semana Santa. La naturaleza le otorgó a este departamento unos dones envidiables: paisajes, cálida playas, principalmente Las Peñitas y Poneloya, cuatro volcanes de la Cordillera de Los Maribios (Momotombo y el Cerro Negro), pueblos históricos e iglesias con su arquitectura colonial ibérica. Toda una joya arquitectónica sin igual. La ciudad es bulliciosa, pero agradable. A muchos turistas nacionales y extranjeros les gusta también visitar los hervideros de San Jacinto, a 30 kilómetros de León.

 

La ventaja de esta metrópoli  es que el visitante nacional y extranjero puede divertirse en los innumerables restaurantes de esta zona  y hay muchos súper exclusivos. Si quiere tomar un baño, lo puedes hacer viajando a las playas de Las Penitas y Poneloya en un vehículo en apenas diez minutos de trayecto. León dejó de ser aquella ciudad provinciana, bucólica y aburrida. Antes se contaba con los dedos de las manos el número de restaurante y El Sesteo era el principal, que sigue desafiando al tiempo y la competencia de nuevos restaurantes que han surgido como hongos después de una copiosa lluvia.

 

Hoy León tiene variedad de ofertas de restaurantes, bares y cafés que no le tiene nada que envidiar a San Juan del Sur y Granada. Aquí la vida no desfallece a las diez de la noche, como en otros tiempos, más bien su corazón apenas empieza a latir a esa hora. Extranjeros y parroquianos se confunden en los bares y restaurantes nocturnos. Durante el día se observa un gran movimiento, gente yendo al mercadito de León, con una nueva fachada moderna, y se siente, nada más llegar, esa atmósfera intelectual de la Ciudad Universitaria o Ciudad Metropolitana. Esta urbe rivalizó con Granada por obtener la sede de la capital en aquellos tiempos. Para evitar una mayor contienda, se optó por Managua, como capital, hasta nuestros días. Este departamento cuenta con diez municipios: Nagarote, La Paz centro, León, Quezalgua-que, Telica, Larryna, El Sauce, Achuapa, El Jicaral y Santa Rosa del Peñón. El turista tiene que hacer una parada obligatoria en los distintos negocios que venden los riquísimos quesillos con tistes, o saborear un nacatamal o un desayuno típico.

 

El visitante puede disfrutar de un espectáculo gratuito  en la noche de Tertulia leonesa, organizada por el Instituto Nicaragüense de Turismo. La plaza parque Juan José Quezada estaba llena de leoneses, extranjeros y visitantes, como nosotros provenientes de Managua. Grupos de danza, conjuntos musicales alegraron el ambiente.

 

Otras de las diversiones más gustadas de los leones es dar una vuelta por la ciudad en los “buses pelones”, como existen también en Chinandega, la cuna de mi madre María Luisa Salinas. Esos buses pelones evocaron mi infancia y adolescencia cuando viajaba en ferrocarril a Chinandega a pasar mis vacaciones anuales. Visitar la casa de los Salinas, los Dávila, los Dubones, en fin, a toda la familia de Chinandega, la ascendencia de mi madre. Eran las diez de la noche, y la gente no paraba de abordar los buses pelones.  Al igual que Granada y San Juan del Sur, en León los parroquianos y turistas extranjeros no necesitan recorrer largas distancias o tomar un taxis local para trasladarse a cualesquiera de los restaurantes existentes en esa alegre ciudad que parece que no duerme. Concluimos nuestro viaje a León, con los deseos  de volver.

 

 

 

 

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